Mis queridas semillas,
¡Compartiendo! Hoy será: La joya perdida.
Ayer era muy divertido eh, ¡muy divertido! pero hoy vamos a ir al desierto. Cruzando el desierto ya sabéis, como cuando fuimos a Marruecos, un viajero vio a un beduino, sentado al pie de una palmera. A poca distancia, descansaban sus camellos, y los camellos estaban sobrecargados con objetos de valor.
- Sabéis muy bien que ha existido la ruta de la seda, la ruta de las especies, la ruta de la sal y hoy en día se continua a hacer el transporte sobre camellos. -
El viajero se acercó al hombre y le dijo: “¿Veo que viaja cargado, puedo ayudaros en algo?”
“Hay!” - respondió el beduino con tristeza.
“Hay! Estoy muy afligido, porque acabo de perder la más preciosa de todas las joyas”
El viajero le pregunto: “¿Y qué joya era esa?”
- Suspiró -
El beduino estaba muy triste.
El viajero le dijo: “¡Por mi fe!¡Vuestra joya debía de ser preciosa!¿Pero no creéis que con mucho dinero pueda hacerse otra igual? ¿O más hermosa?”
El beduino le contesto: “La joya que he perdido, era un día, y un día que se pierde, no vuelve a encontrarse, jamás.”
Eso es lo que le respondió el beduino – había perdido un día, que era 24 horas, 24 brillantes y 60 pequeños que era los 60 minutos, el minutero. Así que mis semillas por favor, no perdáis 1 hora de vuestra vida, ponerla a que sea productiva. Y tener siempre presente que el tiempo perdido, nunca regresa y como dice el dicho:el tiempo es oro.
El dicho: el tiempo es oro. Efectivamente.
La persona que pierde un día sin hacer nada, yo conozco a muchas, que prefieren estar en la zona de confort. ¡Y les felicito! porque al menos son felices, si están en su zona de confort, pero es una hora o un día perdido, ¡un día perdido! Que nunca más recuperarán. Cuantas cosas se pueden hacer en una hora, un día, en medio día se pueden hacer maravillas.
En unos segundos nace una vida, en una hora puedes ir a visitar un paisaje. Un día entero puedes hacer un crucero, una tarde puedes ir con tus nietos, tus hijos o tus amigos a pasear, a compartir un mensaje, una leyenda, una historia. Con un día puedes ir a dar una visita a alguien, que será inesperado pero que tendrá mucha alegría.
Mis queridas semillas, la joya más preciosa es el tiempo.
Y cuando se pierde sin hacer nada, nunca más se recuperará. Y se pueden hacer tantas cosas, aunque sea una crema, aunque sea una mascarilla para el pelo, para la cara. Es ganar tiempo, es crear, es una joya.
Poneros manos a la obra, no olvidéis que, aunque este la pandemia o, aunque no nos dejen salir, siempre nos quedara una mano, un papel para escribir y hacer algo personal. Me contestareis: “Ya no escribimos, ahora tenemos el ordenador o computer.” ¿Pero no sería más bonito hacerlo a mano?
Poner a vuestros hijos a dibujar, y sobre todo escribir vosotros mismos. Todo lo que hubieras querido hacer, como en la Casa Secreta. Escribir vuestros deseos de cuando eras pequeños, vuestros sueños, vuestras ilusiones y dejarlo escrito. Veréis que, de aquí a unos años, estaréis muy felices porque habréis realizado todo lo que habéis escrito. Y os dará fuerza para hacer mucho más, un día sin hacer nada, es una joya perdida.
¡No perdáis ni un minuto, ni un minuto! Cada instante es especial, cada día tiene su sorpresa, su alegría. Y cuando os digan: “estoy triste” decirles: “hecha una mirada alrededor, y verás todo lo que tienes, tienes más que suficiente y que hay aún peor” entonces serás feliz, muy feliz.
Mis semillas, que paséis un feliz domingo, que estéis bien y sobre todo ¡muchííísima paciencia!
¡Con la paciencia y una caña todo se alcanza! Eso es lo que le decían al pescador.
¡Adelante! Con todo mi amor,
Vuestra Jardinera
¡Feliz domingo!