🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera: https://youtu.be/xahfkaxfb2Y
Vamos a hablar del Maestro. El Maestro llevó a sus discípulos un día, estaban en Tiberíades, y los llevó a una habitación completamente obscuras, pero obscuro, obscuro, obscuro. Para enseñarles una lección, pero cuidado una elección de vida, que no olvidaran jamás. Cuando entraron, los alumnos en la habitación les dijo: “siéntense” y les preguntó: “¿Qué ven?” “Nada” respondieron- “Nada Maestro solo la oscuridad absoluta. Y no nos deja ver” - respondieron todos a la vez.
El Maestro, observando los dejo un monto en la obscuridad y de golpe dio una palmada y se encendieron al mismo momento 100 bombillas de intensa luz. Eran unas lámparas muy grandes muy grandes potentes. Y entonces les dijo: “Que ven ahora?” Les volvió a preguntar. Y respondieron: “Nada” Esta luz tan cegadora, que nos impide y que nos impide, tan grande y tan luminosa que nos impide ver. El Maestro los miró y todos estaban frotando y pasando las manos sobre los ojos, no podían ver eran unas luces tan potentes que no veían nada. El Maestro le dijo aprender que en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver. Ni en la Luz más grande, ni en la oscuridad más negra el hombre no puede ver por eso estamos hechos de Luz y de Sombras. Para podernos ver los unos a los otros.
Ay de aquel que no perdone, oscuridad que hay en el alma de su hermano, mis semillas os repito ay de aquel o de aquella que no perdone la oscuridad que hay en el alma de su hermano o de su hermana. Por qué entonces no podrá ver y estará solo. Ay de aquel que no busque poner luces en su oscuridad, pues acabará perdiéndose a sí mismo.
Repito mis queridas semillas:
Eso es lo que les dijo el Maestro. Mientras se miraban los alumnos los unos a los otros les dijo:
Les dijo: “Recordad que vivimos y somos sombras y que mejor que en cada uno de nosotros. No ayudemos y le demos fuerza a esa luz que tenemos desde que nacemos, que llevamos dentro que sabemos que venimos de la Luz."
Mis semillas, puedo ver la joroba de mi hermano, puedo ver la joroba de mi vecino, pero la mía no la veo. Voy a empezar a encender esa luz para poder verla porque así le podré dar de esa luz a ese hermano, a ese amigo. Para que pueda ver la suya propia, y salga de la oscuridad.
Se explique cómo se explique venimos siempre a la misma raíz, hay una raíz, que es el ser humano, que vive en la tierra y alimenta al ser de luz que llevamos dentro. Pero olvidamos que somos seres de Luz olvidamos que somos esa luz y que tenemos que volver a la Luz. Lo olvidamos, y volvemos a darle fuerza a nuestra materia.
Hablando de la materia, voy a repetir otra cosa: la dopamina que tomáis es el placer, la pasión y es efímero. Que quiere decir os lo voy a leer al revés, cuando tenéis placer en comer un dulce, placer en mirar una belleza placer porque habéis hecho una conquista porque vais a poseer aquello que queréis, eso es efímero, y os lo hace ver la dopamina, está en nuestro cerebro.
Hay una madre que vino con tres hijos cuatro exactamente, el primer hijo, el primer hijo se llamaba, mejor dicho, hijas: Se llamaba Carla en realidad era Carlota y vivía por el placer. La otra hija se llamaba Rafaela como Rafaela Carrara y vivía por Netflix y por la pasión pasajera, y siempre hablaban. Una decía: “el amor es efímero” -no- se equivocaba esa hija, el placer y la pasión es efímero. Después tenía otra hija que se llamaba Marcelina, Michaela perdón se llamaba Michaela. Y también solo vivía por el placer de brillar en la sociedad, pero vuelvo a decir: es la dopamina que nos engaña y es efímero. Y después está la serotonina que nos la da nuestro cuerpo que es la felicidad: y la felicidad es eterna no confundáis. Mis semillas, cuando nos enamoramos decimos: Tengo una felicidad que es para toda la vida. Cuando nos casamos es la felicidad para toda la vida, que nadie nos separe. Viviremos juntos hasta la muerte. Eso es la felicidad, porque en efecto, cuando uno se casa, al principio es el placer y la pasión, que es efímero, se va enseguida y después queda la felicidad. Que es cuando te peleas, cuando te divorcias. Hay muchos matrimonios que se han divorciado y ha quedado un amor de amistad. Una afección, no podemos borrarla esa afección. Porque ha habido un fondo, porque ha habido algo que ha existido al principio.
Y la felicidad es también esos momentos que tenemos, tan grandes, de llegar a la vejez y de decir: Mira, soy mayor, o he cumplido años, pero estoy bien, tengo salud. Fíjate, está la pandemia, tengo más de 60 años y hasta más de 70, pero estoy contenta, estoy feliz. O tengo 50, puedo bailar, puedo saltar, puedo ir de viaje. Voy a los viajes de La Jardinera, soy feliz. Esa es la felicidad. He ido al viaje especial. El año que viene, iré al viaje de las hadas, o de las fattas, ¡Eso es la felicidad! He estado en Bali, eso es la felicidad. El placer y la pasión, es efímero.
También hay otro detalle, que esa madre amada le ha dado a sus hijas y os lo aconsejo: Para alimentar las endorfinas que tenemos, es muy sencillo: Un trocito de chocolate. Tomar un trocito de chocolate antes de iros a dormir. ¡Si, habéis oído bien! Para aquellas que no soportan, o no pueden tomar azúcar, o aquellos que no toleran la glucosa, que es lo mismo, entonces, tomar chocolate negro, 75% de cacao o 80% de cacao. Es chocolate, os ayudará a dormir y también alimentará a las endorfinas que necesitan siempre ese poquito de cacao, chocolate. No puedo decirles a los italianos, porque comen más de lo que pueden. Pasan la dosis prescrita. Pero si son felices, ¡Inshalláh! Así que recordamos: Chocolate cada día, podéis comer también una banana, porque la banana da potasio, da muchísimas vitaminas. Y después, si queréis mantener la dopamina en forma, haceros placer, pero con una buena polenta, con unos buenos feijões, con unas buenas pupusas, con unas buenas judías con patatas, unos espaguettis. Haceros placer yendo a visitar la Cité de L'Espace, yendo a visitar mil cosas o La Rose des Pyrénées.
Y la pasión hay que guardarla siempre para trabajar, la pasión guardarla para trabajar porque es eterno, esa es la felicidad, tener trabajo. Sin trabajo no tenéis casa, no podéis vivir siempre en un B&B ni vivir en casa de vuestra familia, de vuestros papás y vuestras mamás. La pasión ponerla en trabajar, tendréis la independencia, tendréis vuestro dinero y haréis lo que necesitáis, y lo que queréis. Preparar ya los ahorros para el año que viene, vamos a Tiberiades y vamos al país de las hadas.
La serotonina, indispensable para alimentar nuestra felicidad. ¿Qué es nuestra felicidad? La tenemos que fabricar nosotros mismos, cada día, cada día, Servidora enciende la chimenea por la noche, está sentada al frente de la chimenea, la contempla, hace un calor maravilloso, y ver el fuego, es la llama del amor. Una casa con una chimenea tiene el amor encendido, siempre. Me pongo una mesita muy pequeñita, me preparan un poco de chorizo y un vasito de vino italiano. ¡Buenísimo! A veces hay olivas y un poco de pecorino, ya tengo bastante. Esa es mi felicidad. Imposible ser más feliz, pero cada día, me busco mi felicidad.
El domingo fueron las flores, guardar las flores porque está el invierno y preparar la casa de flores para cuando lleguen mis queridas semillas, pero flores de invierno. Y cada día estoy buscando esa felicidad. No puedo vivir sin mi felicidad, no es efímera, no, no os equivoquéis. Efímera es la ilusión, el deseo, el matrimonio, es una ilusión. Pensar que vamos a vivir felices toda la vida es una ilusión, es efímero.
Ayer fuimos a Lidl, porque es el almacén más barato, me compré una caja de bombones de licor y dije: ¡Para tí Lucia! Y Lucia dice: Es que a mí no me gusta el licor. Tómatelo por la noche, verás que soñarás rosa, verás elefantes rosas. Eso es la felicidad, efímera, pero felicidad.
Con todo mi amor,
Vuestra Jardinera, ¡Que os ama! ¡Que está con vosotros, que os manda las estrellas!
Que os manda el amor del Universo, que os protege con ese manto, de la Madonnina, de Nossa Señora, de la Virgen María, que queda poco para ir a cantarle los villancicos. Pastores: ¡Adelante que ya llegamos! A Belén pastores, que ya están los pececillos esperando que vayamos.
Vuestra Jardinera, siempre estáis en mi corazón