🎧 Escucha el mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
hoy le toca a las ranas. Es una historia de ranitas. A mí me gustan mucho las ranas para los países de oriente, Asia, la rana es el símbolo de la suerte. Siempre hay que tener una ranita en el jardín o una rana en casa, cuidado cuando digo ranas, hay muchos niños que las tienen vivas, está bien, pero yo me refiero a una ranita de porcelana, de barro, de madera, de estas ranitas que venden. Una ranita siempre trae suerte. En Oriente, en Asia, la rana símbolo de suerte y felicidad. Siempre suerte y felicidad y hoy vamos a hablar de esa suerte y felicidad. Las comparto con ustedes y con vosotras mis semillas.
Había una rana que vivía en el fondo de un pozo, estaba contenta, en su pozo muy oscuro, muy oscuro, muy oscuro, porque el pozo era muy profundo. Ella vivía allí, pasaban los días, los años y estaba contenta en su pozo. Y fuera, en una charca, una charca es como un lago pequeñito, vivía otra rana. Pero esa charca estaba cerca del mar, y esa ranita (la vamos a llamar la ranita cerca del mar) cada día cuando se levantaba estaba contenta, alegre, veía al mar y un día saltando, saltando distraída tanto saltó que cayó en el pozo.
Al llegar al pozo esta ranita, miró alrededor y vio la rana y la saludó. Entonces le dijo: ¿Qué haces ranita, de dónde vienes? Y ¿Qué haces aquí? La ranita cogió su tiempo, se sacudió el barro porque al saltar en el pozo le había saltado barro. Ella se lavó, y le contestó: “Yo vivo cerca del mar, y saltando me distraje y me caí aquí”. Entonces la rana del pozo le dijo: ¿El mar? ¿Qué es el mar? Huy el mar es grande, grande, grande es como una charca, pero enorme. ¿Cómo de grande? ¡Grandioso! ¡No ves el fin!
La rana del pozo estaba muy intrigada, porque no podía imaginarse que fuera más grande que su pozo y le dijo: Pero, ¿Qué ves? Mucha agua, y veo un paisaje bonito. A lo largo he oído que llamaban árboles. Y veo olas, niños, gente que pasa, que anda. Veo también caracolas, entonces la rana del pozo, la mira a la ranita y le dice: “¡Mentirosa, eres una mentirosa!” Noo, no te miento, le contestó. La huésped, no te miento, te estoy explicando lo que hay alrededor de mi charca, el mar. ¡No, no existe! Eres una mentirosa no hay nada más grande que mi pozo. Míralo bien, mi pozo es el más grande. La ranita contempló el pozo y lo vio: Grande, sí, pero, al lado del mar, no tenía comparación y era oscuro y no había nada más. Solo se podía ver el fondo, barro y agua. La ranita le dijo: Te aseguro que donde vivo, es muy precioso. Y la rana del pozo continuo: ¡Vete de aquí! ¡Te lo he repetido, vete, sal, mientes! Nada es más grande que mi pozo y el mar no existe.
Mis semillas, la ranita dio un salto y salió. Se fue corriendo a su charca y de nuevo se puso a contemplar su mar. Los caracoles, esas estrellas de mar. Esa espuma que viene a las orillas que te acaricia. A oír la risa de los niños, palabras que decían los hombres. Juguetes, pelotas que corrían, mientras que la rana del pozo, no creyó nada.
Y es ahí donde os voy a decir algo:
Que es lo que le pasó a aquella rana. Se quedó con su ignorancia, se quedó con su orgullo sin saber que había otra vida más allá de su pozo. Nunca podemos decir a los otros que es más bonito lo que tenemos, que es más grande lo que hemos aprendido o si tenemos un diploma o si somos licenciados, a otros que no lo tienen porque trabajan la tierra o trabajan en tiendas o no han podido ir a la escuela. Pensemos en la rana del pozo.
Que hay mucha gente que tiene un conocimiento infinito, sin tener que tener diplomas o licencias. Antes de decir: Es mentira.
¿Por qué en esta enseñanza hay un viaje extraordinario? Cada año un país diferente. Para conocer, para saber cómo viven, para conocer las culturas, para ver cómo van vestidos, para ver lo que comen y para aprender el amor, el cariño, el saber de esas personas de cada país, de cada país. Eso es lo que nos hace diferentes en esta enseñanza, no los títulos, lo que aprendemos en cada país. Lo que intercambiamos con la gente de esos países.
Que vivencias tan grandes en Birmania, a cada templo había una experiencia, de una de ustedes, mis semillas, que habías vivido. Que os reconocieron, que os dieron un abrazo, os acariciaron la mano, que os dieron un besito, una sonrisa. Claro que os conocieron, que habías vivido en esos templos. Y que sois ricos y ricas, eso es lo que quería explicar esa ranita de la charca del mar. Y están las otras ranas que se quedarán siempre en su lugar, ¿Como se dice? Hay una parábola que dice: No se bajarán del burro expresión, no querrán dar su brazo a torcer. No querrán reconocer ni sus cualidades ni sus defectos, ni que se han equivocado. Hay muchas que se creen doña perfecta, o el más guapo, o el narciso o la narcisa o los perfectos. Solamente hubo unos, que eran los cátaros. Les llamaban los perfectos. Pero ellos sí que eran perfectos. Los que se lo creen hoy no lo son.
Simplemente porque escuchaba de pequeño esa música celestial, y hoy en día aún es el más grande. Y lo será.
Siempre oímos y estamos atentos y también a nuestro ángel guardián. Cada vez más tenemos visiones cortitas, se llaman flash. O imágenes, cada vez más la gente ve una imagen, oye algo. Porque se abren más las puertas celestes, porque hay un cambio. Y este año tenéis que aprovechar. Hablar siempre con la verdad y limpiar todo para cerrar ciclos y tendréis más visión. Más claridad, y os sentiréis libres y ligeros. Es lo que nos ayuda a andar más rápidamente y ver las cosas tan claras. Que es el chakra 6. Eso es, la claridad.
Mis semillas, aprovechar, vaciar todo lo que tenéis, que os molesta, que os hace daño. Veréis que la otra persona que le tenéis que decir lo que os duele, lo recibirá bien. Y finalmente no es tan grave. Os lo digo, somos nosotros que nos hacemos una montaña, no es tan grave, veréis que os sentiréis aliviados y felices.
Hoy mando una ranita muy especial para que de suerte y alegria a un arbol amarillo y un banco maravilloso donde en ese árbol han construido un belen. Un Belén, para un ángel muy especial. Y también para la naturaleza y para todos los animalitos que viven ahí, en ese campo, en ese prado, en esa montaña tan bonita. Todos los animalitos vendrán a verlo, ese pesebre o Belén como lo llamen en cada país. Pesebre, Belén, donde nació Jesús.
Os deseo lo mejor, y hoy muuuuucha suerte con la ranita.
Con todo mi amor,
vuestra Jardinera.