January 21, 2021

Descubriendo la vida

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Escucha el mensaje de la voz de La Jardinera

Mis Queridas Semillas,

La historia de hoy es muy bonita, y la voy a dedicar vamos a decir que a Lady Di (no la princesa del pueblo, porque ya no está aquí) esta está viva y bien viva así que mi querida lady es para ti.

Saliendo del hospital: uno de los más conocidos y más famosos, salía un padre con su hijo. Su hijo tenía 20 años, y el padre lo acompañaba, fueron a la estación de los autobuses y claro como siempre pues había mucha gente. Subieron señoras con sus compras, chicos también que iban a sus salones de deportes, almacenes, al cine. Todos subieron en el autobús y una vez instalados, el autobús se puso en marcha y al salir contemplaba la ciudad y de pronto este niño de veinte años se gira hacia su padre y dice: “¡papá, papá! Mira, fíjate: ese perrito está acariciando a ese señor. ¡Mira! ¡Mira! Como le acaricia y el señor también le hace fiestas. ¡Hay papá, qué bonito ese perrito! Hay que bonito” y dice: “si hijo, ya lo veo, ya lo veo”.

Y fue avanzando y después dice: “¡Papá mira a los niños montando en bicicleta! ¡Huy como corren! ¡Parece que vuelan!” y el padre le contestaba: “sí hijo, aprendieron pronto a pedalear y así van muy de prisa.” Y después “hay, he visto un escaparate, he visto un almacén” y después el niño levantó la cabeza hacia arriba, y por la ventana vio las nubes. “Papá estoy viendo una nube, mira como se mueve, que bonita ¡y qué color mas bonito!” Todos estaban encantados con esas palabras y miraban también, pero había dos jóvenes detrás que estaban riendo. A cada palabra que decía el niño se reían, y decían: “no puede ser que un niño de veinte años sea tan tonto o este anormal no puede ser” y el padre le sigue la corriente. Dice: “pero no puede ser, es que no lo veo, es que es retrasado no lo ve.” Y el niño continuaba a ilusionarse a entusiasmarse a hacer un pequeño comentario y los dos chicos de detrás se reían y dijo uno “no puede ser ya tiene veinte años, no es un niño.” Se levantó y le dijo:

“Oiga Señor, ¿es su hijo verdad?” “Sí.” Dice: “no sabe usted que tendría que llevarlo a un hospital especializado” dice: “porque su comportamiento no es normal. Si está tan enfermo tendría que cuidarlo.”

Entonces el padre los miró y les dijo: “Justo venimos de salir del hospital, justo, si es verdad.

Y sabe una cosa que mi hijo nació ciego. Y gracias al hospital y a una operación está recobrando la vista, son sus primeras imágenes y solamente de saber que mi hijo está viendo, para mí, es la alegría más grande del mundo. Tiene 20 años de no haber descubierto el mundo. Y ahora es la vida que descubre.”

El chico lo miró, se fue detrás, se sentó y los dos chicos se callaron hasta que llegaron a su destino. Pero el padre, estaba contento y feliz porque su hijo le iba diciendo cada vez que estaba viendo por la ventanilla del autobús todo lo que veía. Papa he visto algo que son de colores y salen de la tierra, sí hijo mío son flores. Papa algo que vuela mira que colores, es una mariposa, ¡huy! ¡Qué bonito! Cuántas cosas tengo para ver y descubrir ¡qué feliz soy papá!

Y así hasta que llegaron a su casa, y ese niño o ese hombre de 20 años tenía una fuerza inmensa, una ilusión grandísima y unas ganas de vivir y explorar de descubrir y crear. Porque le dijo: “papá quiero hacer muchas cosas de las que yo pensaba, pero que nunca pensé poder verlas. Están todas en mi cabeza, las voy a poner en práctica. “

Mis semillas esa es la alegría más grande, nunca tengáis miedo de que pensaran los otros, es muy fácil hacer un comentario, no digo juzgar ni criticar, pero hacer un comentario ¡Sin antes mirarse a uno mismo!

Aquellos niños, aquellos chicos que tenían su edad, pensaron que era un enfermo o retrasado. Claro, no habían visto sus ojos, pero para ver sus ojos hay que mirarse el Alma primero, de cada uno. Si nos miráramos el Alma veríamos que todos hemos sido ciegos en un momento de nuestra vida, hemos sido ciegos y no hemos visto lo que hemos hecho, creyendo hacer bien. Pues la juventud está para hacer experiencias, y después corregir o cambiar o quedarnos estancados o ser mosquitas muertas, pero cuidado si picamos tendremos siempre el boomerang.

Observar siempre, levantar la cabeza del móvil, observar la naturaleza, nos puede dar ideas. ¿Cómo se crearon los primeros helicópteros? Simplemente observando caer la semilla de un árbol.

No recuerdo si es el olmo, buscare esa semilla y haré una foto mirando esa semilla tiene la misma forma de las alas de un helicóptero, no las alas, si no lo que está arriba, que hace la rotación para poder volar, la hélice. De ahí lo sacaron de la semilla de ese árbol. Como crearon esa especie de, como si fueran escaleras, que están en los grandes almacenes ya encontraré la palabra. Para los tanques, ¿cómo crearon los tanques? porque no podían poner ruedas, ya que con el barro si caían en grandes agujeros, hechos por las bombas, no hubieran podido salir. Entonces crearon, en francés se llama unachenille. Quiere decir que imitaron a una oruga, oruga. Mirar lo que es una oruga, es como un gusano, pero de estos que no están en la tierra, sino que van por encima, la oruga también es la que se transforma en mariposa. Una oruga, hay orugas blancas y de otros colores y la oruga se levanta, se dobla en dos y se estira, pues de ahí sacaron lo que es la cadena de los tanques para poder avanzar. Así crearon el tanque, de esas orugas, la imitaron.

Y las palas mecánicas, ¿Sabéis cómo crearon la pala mecánica? Conocéis el escarabajo, del estiércol, el escarabajo negro que lleva una bolita de estiércol más grande que el empujándola. Y así han ido copiando el hombre de cada animal, no hemos inventado nada, ya lo tenemos todo en nuestra Memoria Universal. Pensar, mirar la naturaleza, os vendrán ideas. No solamente de las flores, de las plantas y de las semillas. Si no de los objetos que veis. De un tronco, como lo podéis transformar, en el jardín hacer algo maravilloso.

Poner vuestras neuronas a trabajar y veréis: la creación, es este año que hay que hacerlo, el año del acuario. Y pensar en el amor.

El amor es ciego como ese niño, veía con los ojos de su corazón, pero les faltaba los ojos donde ver los colores, los objetos, las formas. Y después tenemos los ojos del alma que hay que alimentar siempre, siempre con la meditación. Espero que os guste esta historia porque a mí me ha encantado y la comparto con todos ustedes.

¡Y que os guste!

Con todo mi amor

¡¡¡Vuestra Jardinera!!

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