February 08, 2021

Un trocito de cielo

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas semillas,

Suelo hacer este mensaje por la mañana, pero por varias razones he decidido de hacerlo ahora, ya es tarde, pero quizás tendréis felices sueños. Es una historia muy bonita porque nos acercamos a san Valentín.

Y, sabéis que, para San Valentín, hay una Casa Secreta ¡Internacional! A ver como me espabilo, por el idioma solamente, al menos tendréis momentos para reíros, pero esta historia es de amor.

Érase una vez un niño de 11 años que iba a la escuela cada día, estudiaba muy bien y al entrar, siempre se encontraba con una niña que iba con un grupito de niñas, claro está. Y cuando se cruzaba con la niña, él fue y por primera vez le dijo: ¡Hola! ¿Quieres casarte conmigo? ¡No! Primero le dijo así… Es que están los gatitos, disculpar mis semillas. Cuidado, que la gatita negra no salga Lucia, está lloviendo y los gatitos quieren salir, entonces, la más grande sí, pero la pequeñita no puede salir. Ya está, ¡gracias! Bueno, empezamos de nuevo.

El niño de 11 años iba siempre a la escuela y en el mismo momento pues traban niños y niñas pero había una niña que le gustaba muchísimo, muchísimo... Y el niño le dijo: ¡Hola! ¡Te amo! -La niña lo miró, se asustó un poquito- "¿Quieres casarte conmigo?" -La niña se fue corriendo, se asustó.

Al día siguiente, se encontró de nuevo con la misma niña y le dijo: "¡Hola, te amo! ¿Te quieres casar conmigo?" Y la niña de nuevo, tenía tanta vergüenza y tanto miedo, que se fue corriendo. Al tercer día lo mismo. Y la niña les dijo a sus amigas: "Por favor venir conmigo porque ya no sé que hacer" y al pasar el niño le dijo de nuevo: "¡Hola, te amo! ¿Quieres casarte conmigo?" Y de nuevo las amigas la cogieron de la mano y se fueron corriendo. Así pasaron el tiempo, los meses y los años. Cuando fueron creciendo, de nuevo, la casualidad quiso que se encontraran una vez en un supermercado yendo al cine. Y cuando la vio le dijo: "¡Te amo! ¿Quieres casarte conmigo?" Y la chica lo miró, se dio media vuelta y se fue, pero le sonrió.

Y no supo nada más de ella hasta que un día llegaron a la universidad, pasaron los años y ya fueron adultos, estaban en la universidad cada uno con una carrera muy buenos estudiantes. Buen chico, buena chica, unos adolescentes preciosísimos. Ya tenían casa cerca de los 20 años, habían empezado ya la universidad e iban ya a sus carreras o sus licenciados y cuando la vio en la universidad, lo primero que hizo el chico, fue y le dijo: “¡Hola! ¡Te amo! ¿Quieres casarte conmigo?” Y la chica se paró, lo miró y le dijo: “¡Sí! Quiero casarme contigo.”

El chico se quedó paralizado, no sabía qué hacer. Miraba de un lado, del otro, no sabía si era a él que le había contestado. No sabía si le había hablado, no sabía qué hacer, si saltar, si reír, si tirarse al suelo, porque pensaba que ya lo daba por perdido, pero no. Pasaron muchos años, entonces, decidieron de casarse, hablaron con sus familias, estuvieron de acuerdo y se casaron. Y desde el momento que estuvieron casados fueron los más felices del mundo, los más felices porque él le mostraba cada día que la amaba, que la quería y cada día le decía: ¡Te amo! Cada día, pero había un día del mes, y ese día del mes, vamos a ponerle el día 14 de febrero, le hacía un regalo.

Era un cuadro azul, ella lo recibía con una gran sonrisa, lo abrazaba y continuaban siempre tan enamorados, después de 15 años, ya siendo su esposa le dijo: “hoy es el día 14” dice: “no te he olvidado mi amada, aquí tienes tu regalo” y cuando lo abrió era otro cuadro azul. Y le dijo: “me gustaría saber ¿por qué siempre me regalas un cuadro azul? ¡Desde hace más de 15 años! Ya no sé dónde ponerlos, está la casa llena de cuadros azules, ya no sé, ¿por qué me regalas un cuadro azul?”

Y él le contestó amorosamente con el corazón lleno de amor y de alegría y le dijo:

“A veces hacemos regalos y esperamos que nos pregunten “¿por qué?” Simplemente vida mía porque cada trocito de cuadro azul, es un trozo de cielo que te regalo cada año y la casa está cubierta de azul porque deseo que para ti este amor que te he dedicado toda mi vida esté siempre en un cielo de amor y de todos tus deseos”

“¡Es lo que más esperaba! Que me dijeras porque siempre el cuadro azul. ¡Es darte un trocito de cielo!”

Cuántas veces hacemos regalos y antes de hacerlos pensamos: vamos a regalar un vestido, unos pantalones, unos zapatos de Jimmy Choo o de Prada o de tantas marcas, un perfume, una consola, cuando es tan sencillo regalar un trocito de cielo, para hacer sentir a esa mujer que era amada, que él nunca la olvidaba, porque era el día que le dijo por primera vez desde los 11 años que la amaba.

Tener en cuenta este detalle, no esperéis detalles, no esperéis regalos caros ni lo que os gustaría que os regalasen, ser feliz con poder saborear, de estar junto con la persona amada o simplemente con vuestro animal preferido, aunque sea un gatito que se le cae la cabeza y que hay que ponerle una almohadita, pero da amor.

Ser felices con lo que tenéis, ser felices con un trocito de tierra, porque la tierra os dará de comer, la tierra os devolverá las semillas que habéis sembrado. ¿A que os servirá el diamante y el brillante? Ahora con la pandemia, si moriréis igualmente. ¿A que les ha servido a todas las personas que tienen la riqueza más grande de este mundo? si ya no están aquí.

Pero esta niña vive en su casa con el cielo azul porque cada año y ese día del mes, su marido se lo muestra con un trocito de cielo. Por eso era el cuadro azul, el trocito de cielo.

Espero mis semillas que os guste porque a mí me ha emocionado, me ha emocionado porque el amor es alegría, pero también te toca el corazón ver estos gestos, que con poca cosa le estaba demostrando, sin olvidarla, ¡jamás! Que la amaba.

Ese es el auténtico amor, ese es el auténtico amor, ese amor mata el egoísmo, los celos y la envidia. Ese amor abre las puertas del Universo, del Alma, y le da fuerza.

A ver si podemos reunir nosotros también, granito a granito de arroz, para poder llevarlo a Birmania. No le llevaremos el cielo, pero le llevaremos un alimento que tanto necesitan.

Hay que empezar por algo, empezaremos por el arroz.

Con todo mi amor,

La Jardinera

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