March 12, 2021

Nadie es superior!

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas semillas,

En una granja muy grande, habían todos los animales. Había mucha hierba, mucha comida, mucho grano y el amo estaba muy satisfecho porque tenía para alimentar a todos los animales y vivía feliz en su casa. Tenía vacas, toros, gallinas, conejos, cabras, ovejas, cerdos, de todo, caballos. Mucho maíz, mucho trigo, mucha cebada.

Pero lo más importante para él era un perro. Era un perro de los que hay en estas granjas. Un perro grande, ni muy hermoso ni feo, normal, pero muy fiel. Que guardaba siempre su ganado, cuidaba la casa y vigilaba constantemente toda la propiedad. Cada día, cada día iba a dar la vuelta a la propiedad y veía si estaban todas las ovejas, las cabras, las vacas, los toros, todo. Lo vigilaba y al llegar al atardecer, el amo le daba la comida primero a él. Le daba su ración de comida y un buen trozo de carne con un hueso para que estuviera toda la noche limpiándose los dientes después de la comida. Los huesos son muy buenos, los huesos gruesos para los perros son muy buenos. Los pequeños no, hay peligro que se puedan atragantar o tragárselos y les dolerían o les perforarían los intestinos. Tener cuidado. Sobre todo, el hueso de conejo, no le deis nunca. Ni al perro ni al gato.

Así que él cuidaba mucho a su perro, tenía siempre su casita y siempre que podía, entraba en la casa y tenía su mantita y su rincón cerca de la chimenea. Pero fuera también tenía una casa y tenía su mantita y todo el confort, su cesto, todo el confort. El amo lo quería mucho, mucho, a su perro. Así que una noche entró, estaba caliente la chimenea encendida y dormía feliz, feliz, muy feliz.

Pero de pronto, oyó un ruido y salió y al salir vio que venían dos toros. Y se fueron a acercar a la hierba donde el amo ya la había cortado y la tenía preparada. Era cebada con alfalfa, una mezcla muy rica y muy buena y la tenía preparada para el día siguiente. Pero los toros se habían acercado, o, dos bueyes, se habían acercado, dos bueyes eran.

Se acercaron a la hierba y empezaron a comer. Vino el perro y empezó a ladrarles y ladrarles y les dijo: ¡Iros de aquí! No tenéis derecho a comer. Esperar hasta mañana, ahora ya no os toca más. Y ladró y ladró y ladró y entonces los bueyes se miraron y uno de ellos, el que más fuerza tenía, fue hacia el perro y le dijo:

Hemos trabajado duro todo el día, hemos labrado la tierra, hemos cargado leña, hemos llevado peso. ¿Quién eres tú para privarnos de comer un poco más de hierba? Ya que tenemos hambre y estamos cansados. No te preocupes, si nos lo comemos hoy, mañana no lo tendremos. Pero al menos, dormiremos en paz y tendremos la panza bien llena. El perro le dijo: ¡No! Yo soy el guardián y el que mando aquí y el amo me aprecia más que a vosotros.

Y le dijo: El trabajo nuestro, nunca lo harás tú. Así que, si no quieres comer, déjanos comer en paz. El perro viendo que los bueyes lo miraban muy seriamente, se dio media vuelta y se fue. Y desde entonces se llama el perro que ni come ni deja comer. Porque el perro no iba a comerse la hierba y tampoco dejaba comer a los bueyes. Pero tenemos que sacar una lección.

Muchas veces, nos creemos que somos superiores a los otros, y entonces, ponemos nuestra ley. Muchísima gente se cree superior y muchos países. A veces los países más pequeños de este planeta se creen que son superiores. Hasta Rusia, hasta China, hasta los Estados Unidos, se creen superiores.

No, no hay nadie superior, cada quien es grande en su lugar y cuando es el momento y en su oficio, en su trabajo, en su medida, en su justa medida.

Por eso, cuando veamos a una empresa o a unas personas que las veamos inferior a nosotros solo por el aspecto o por su conversación o porque ahora ya no tienen los comercios, las empresas que tenían antes. ¡Cuidado! La persona es la misma, es íntegra, tiene la misma cultura, tiene el mismo corazón y es trabajadora o trabajador.

Así que tenéis que tener mucho cuidado, porque el perro ni se iba a comer la hierba, ni dejaba comer. Y delante de esos bueyes, se tuvo que hacer bien pequeño.

Demos siempre gracias a Dios por lo que tenemos, por lo que sabemos y ayudemos a los otros. Siempre ayudar a los otros.

La soberbia es un enemigo para el ser humano. El orgullo nos perjudica mucho y la prepotencia, es una zancadilla que nos hace caer, cuando menos lo esperamos, cuando menos. Y sobre todo, cuando tengáis que hablar, poneros en frente de la persona, mirarla a los ojos y decirle lo que pensáis. Sea bueno o menos bueno, pero decírselo. Así apreciará vuestra sinceridad, no vayáis en la espalda. Por la espalda siempre es una mentira o una traición. Ir siempre delante.

El camino recto, es el camino que nos enseñó el Maestro. Y es el que nunca tenemos que abandonar, nunca tenemos que abandonar.

Y hablando de abandonar, aceptar y obedecer. Aceptar el día como viene y obedecer lo que nos dan y no lo que esperamos.

Con todo mi amor,

Vuestra Jardinera.

Es para todos igual, mirar siempre para la felicidad.

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