🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
El leñador estaba cortando ¡y de pronto! Se le rompió el mango. El mango es el trozo de madera que se pone en el hacha, al romperse no podía cortar la leña y entonces dijo: “¿Cómo voy a hacer? ¿Cómo voy a hacer?” Y se puso a llorar, se puso a llorar y les dijo:
“¡Árboles! ¡Por favor mis queridos árboles! ¡Árboles amados de toda la foresta! Darme una madera, la más fuerte, la más dura, para poder reparar mi hacha, hacer un mango que yo pueda continuar a trabajar y darles de comer a mis hijos y mantener mi familia.”
Los árboles lo escucharon y entre ellos empezaron a hablar. Los árboles se comunican, os he dicho muchas veces, cada árbol tiene un tanino y ese tanino se comunica de un árbol a otro, de una flor, de un arbusto y todos se pusieron de acuerdo para ayudar al leñador. Y los árboles decían:
“pero si ayudamos al leñador cuando tenga el hacha, ¡cortará a los árboles! ¡Nos cortara a nosotros!”
Pero otros árboles dijeron:
“tiene una familia, tiene hijos que alimentar, ¡vamos a ayudarle!”
Y entonces el leñador ¡encontró esa madera! Dura, resistente, era de roble, el roble es el que hace las bellotas, es muy fuerte y muy duro, era un roble pequeño ¡pero fuerte!
Entonces el leñador estaba tan contento, tan feliz y les dio las gracias a todos los árboles de la montaña y empezó a cortar ramas, troncos, tenía que vivir de la leña.
Y tenían razón todos los árboles, pues los iba a cortar, pero le ayudaron. Y de pronto, estaba contento y feliz, el leñador porque había cortado mucha leña, mucha leña, ¡y había ganado muy bien su vida! O su día. Pero de pronto se oyó un llanto amargo, ¡y de una tristeza inmensa! Y los otros árboles, dijeron: “¿Qué pasa?, ¿por qué oímos esos llantos y esa pena tan grande?” Y miraron y era un roble pequeñito, en español se llama encina, y ese roble pequeñito estaba llorando, porque lo habían cortado para hacer el mango del hacha.
Entonces el árbol más grande miró a los otros y dijeron: “no nos dimos cuenta”, pero se pusieron alrededor suyo para darle calor, para ser solidarios, para decirle:
“no te preocupes el año que viene nacerán otras hojas, otros troncos ¡y te harás grande!”
Con todo mi amor,
La Jardinera
Pero antes quiero recordaros que muchas veces cuando se hace un favor, cuando se ayuda a los unos o a los otros, siempre te lo devuelven. Con un cuchillo en la espalda o una traición, o a veces una venganza o a veces un ramalazo, por eso pensar muchas veces que un día podéis ser ese roble, y que os hagan daño.
Con todo mi amor,
La Jardinera