May 15, 2021

Plantar un rosal: Libertad o posesión

article preview

🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas Semillas,

Estamos en el mes de las flores, mes de María y las rosas. Hoy compartiremos algo muy bonito, como todas las historias, son preciosas.

Había una vez dos amigos que les faltaba muy poco para jubilarse y tenían una gran tendencia hacia la mística, con el paso de los años, cada uno de ellos consiguió adquirir una pequeña parcela de terreno. Habían ahorrado y los dos se compraron esa pequeña parcela de terreno donde poder retirarse a meditar tranquilamente, todo el resto de su vida.

Esa es una idea hermosísima, mis semillas.

El primer amigo tuvo la idea de plantar un rosal y tener rosas, pero en seguida rechazó este propósito pensando que las rosas le darían mucho apego y terminarían por encadenarlo. Hay que cortarlas, regarlas, hay que darles alimento, trabajar la tierra, algo que él no deseaba.

Pues su mente debía de estar libre para la meditación, esto es lo que pensaba.

El segundo, curiosamente tuvo la misma idea, pero él sí que plantó el rosal, y transcurrió el tiempo, el rosal floreció como aquí en la Rosa de Pyrénées y el hombre que lo poseía disfruto del olor y la belleza de las rosas. No podéis imaginar cuando al atardecer, en el momento donde el sol se acuesta, las rosas dan esos suspiros para llenarnos del olor y su belleza.

Meditó al lado de ellas y así elevó su espíritu y se sintió unificado con la madre naturaleza, las rosas le ayudaron a crecer interiormente, a despertar su sensibilidad y sin embargo nunca se apegó a ellas, porque sabía que las rosas pertenecían a la Madre Tierra, solo le ofrecían su aroma y su belleza.

El otro amigo en cambio, empezó a echar de menos el rosal, y las hermosas rosas que habría dado y, sobre todo, tener que deleitar su vista y su olfato, oler lo que su amigo estaba haciendo y así se apegó a las rosas de su mente y a diferencia de su amigo, creo ataduras.

Mis semillas, cuando tenéis en la mente un proyecto y no lo hacéis, y por casualidad veis que otros vecinos o alguien en vuestra ciudad lo ha hecho y es feliz, elevándose su espíritu y su alma, es en ese momento que el pensamiento no os dejará tranquilos, pero estaréis atado a él, porque nos enseña que, para ser libres, tenemos que renunciar al sentido de poseer.

Todo lo que se posee, pero también es la madre de la ignorancia, querer poseer es la madre de la ignorancia. Muchas veces creemos que al tener un jardín o poseer animales, rosas, tierra, no, eso se llama ser esclavos, hay que cuidarlos, tienen que darte lo que tu les das, es decir:

si los cuidas te darán siempre lo mejor de ellos mismos y para el espíritu, la meditación, tener un rosal y veréis que compañía tan grande para vuestra alma y vuestros sentidos.

Con todo mi amor,

Vuestra Jardinera, que está rodeada de rosales y van a florecer hasta el invierno, el otoño es la segunda floración, pero la rosa encierra en sí lo más grande, la Esencia, y ayuda a la Esencia de nuestra vida.

Mis semillas que seáis felices, que tengáis vuestro rosal, vuestra plantita, vuestra flor, aunque sea pequeña, pero no serán ataduras, lo que son ataduras son vuestros pensamientos, esos sí que son ataduras, cuando dudáis, cuando estáis pensando: “si lo hubiera hecho, si hubiera tomado iniciativas, si no hubiera escuchado, si hubiera tenido.” O no pensar en el rincón que tenéis de comodidad y de confort, ¿qué os puede pedir una rosa? un poquito de agua y mirarla.

Servidora os manda todo el aroma, todo el perfume, toda la belleza de estos rosales, que con tanto amor Robert cuida talla y mima.

Con todo mi amor,

Vuestra Jardinera

Seáis felices y tener una rosa siempre en vuestro corazón

Escribe tus comentarios