🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas Semillas,
A veces creemos que tener que cuidar de la casa o de un jardín son obligaciones, pero si miramos la belleza que nos dan.... Yo estoy contemplando el huerto de Robert, los rabanillos, las primeras ensaladas naturales. Ahora van a empezar los tomates, las judías, los pimientos, el perejil, coriandro. ¡Qué maravilla!
Hoy hemos hecho unos cócteles de gambas y hemos ido a recoger a su jardín, la menta, el perejil, el coriandro, la ensalada, los tomates, la cebolla, el pepino, y hemos preparado unos cócteles de gambas deliciosos. Deliciosos, es un manjar poder ofrecer, lo que con tanto amor sembró y cultivó.
¿Y qué pasa? Que olvidamos de contemplarlas porque encontramos siempre excusas. No he tenido tiempo, me lo han dicho, no lo he preguntado, lo creí, lo pensé, no me lo dijeron. A veces hay que ir a la fuente y llevar una botella, un cántaro de agua porque ella nos dará el alimento. Pero si vamos a ir al supermercado a comprarla no sabemos de dónde viene. Por eso siempre la verdad sale de la fuente el resto son excusas o pequeñas mentiras que nos ayudan a engañarnos como estos dos amigos, que, porque no tener ataduras se ató su alma, a las ideas que no eran necesarias.
Crecer es importante, cultivar la tierra que es la vida, admirar lo que hay alrededor de vosotros y veréis las maravillas. Daros el tiempo y valorar, es tan hermoso valorar lo que habéis hecho con nuestras manos, de valorar el terreno que os rodea, de la cosecha que habéis tenido, de sudar a veces porque no hay agua y hay que ir a buscarla lejos. De cultivar peces, en un lago pequeño, pero es la vida también. Y si lo valoráis estáis valorándoos a vosotros mismos y dándoos esa belleza tan grande.
El Maestro de Tiberíades nunca pensó que trabajaba para él o que era suyo, al contrario, les dijo: dar lo que recibís. Y eso era trabajar para los otros,
Aunque sea plantar Lirios o plantar rúcula, pero, sobre todo, ser constantes. No sirve solamente una vez plantar: coriandro o perejil o plantar rúcula. No, tiene que ser siempre, siempre, ser constante, en la constancia está la abundancia. Cuando uno lo hace solo por hacerlo, todo se olvida y todo se pierde, lo que no se transmite se pierde. La constancia y nos lo enseñó el Maestro de Tiberíades, la constancia.
Os voy a decir cómo comunicaréis con las flores lo que hacen las abejas, las api. Primero vuelan y contemplan, pero van a fijarse a la flor más bonita a la que tiene los colores más bellos. ¿Cuál es la razón? Porque cada flor antes de nacer elige el color, y quiere ser más brillante y más bonita y sus colores más vivos porque desde ese momento esperará recibir la fecundación, y poder dar los frutos y la miel. Y podrá contemplar cómo vienen las mariposas a acariciarle sus hojas y poder llenarlas de polen donde irán después a transmitir a los árboles, lo manzanos, los perales, los naranjos, las mandarinas, los mangos, y así se multiplicará lo que una simple abeja con sus pequeñas alas habrá dado.
Pero solo nos acordamos de ella cuando nos ha picado, y nunca lo hacen para hacernos daño, es para avisarnos y decirnos:
No maltratéis las flores, no recojáis las flores, justo lo que necesitáis porque vivimos de ellas y de ellas vivís vosotros.
Así que los colores, cada flor elije cual más brillante para que vayan las abejas, y puedan después depositar su miel y todas las riquezas. Y todas las riquezas. Los colores que siempre vemos en la naturaleza son amarillos, blancos. El amarillo siempre está al lado de flores azules o moradas. Y esa belleza es únicamente, para llamar la atención de todos los pájaros de todas las aves y los insectos.
Por eso siempre en un campo de trigo, hay trigo, justo, pero también hay flores; la amapola, que va a atraer a los insectos y a las mariposas. Y ese trigo se multiplicará, también hay blue esas flores azules, que nos dan un colirio especial para los ojos, también están las margaritas, que su nombre significa perlas y su centro amarillo, eso es hermoso, eso es bonito.
Así que mis semillas, es una lección de amor, de sabiduría que nos dan siempre.
Con todo mi amor,
Vuestra Jardinera.