August 18, 2021

Recibes lo que das

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera


Mis queridas Semillas

Tengo una gran alegría porque ayer en la Rosa De Pyrénées en la sala de meditación que está al lado de unos bananos.

¡Os imagináis mis semillas de América tener bananos aquí en Francia! que hace tanto frío, pues si tenemos bananos. Y os voy a mandar una foto claro que no son maduros y no llegan como en vuestros países, pero son pequeñitos y preciosos.

Hay un rincón con una fuente de rosas y es muy bonito, tiene un colibrí, este colibrí viene de Costa Rica. Está bebiendo agua y es muy feliz. Y con esa energía del Chakra 6 que ya se fueron contentos y felices, vamos a mandaros esa gran alegría que recibieron ellos del curso y toda la energía para todas mis semillas.

La historia de hoy, como siempre, es muy sencilla y cada una es más importante que la otra.

Hoy hablamos de peso, pero no de peso de tiramisú, vamos a hablar de pan y mantequilla.

Había una vez un granjero que vendía la mantequilla al panadero. El panadero encontraba esa mantequilla buenísima porque las vacas del granjero comían buenas hierbas, estaban bien cuidadas y todo lo que hacía era bio y muy sano.

Pero un día el panadero le pedía siempre 500 gramos de mantequilla, sabía que era la mejor y un día dijo el panadero:

“voy a pesar la mantequilla”

y vio que no llegaba a los 500 gramos. Entonces se puso muy enfadado y cuando vino el granjero le dijo: “¡Te voy a denunciar y vas a ir a la policía y serás juzgado!”

y dijo: “¿por qué?, ¿qué pasa?”

“Porque los quinientos gramos de mantequilla, ¡es mentira! No pesan quinientos gramos, pesa menos. No llegan a los quinientos gramos.”

Y dice: “pues me extraña mucho, siempre doy la misma y siempre la peso en el mismo lugar.”

“¡pero me está robando!”

El granjero se fue muy triste porque él sabía que pesaba siempre lo mismo y no hacía trampas porque sabía que su mantequilla era muy buena.

Entonces inculparon al granjero y lo llevaron a los juzgados, el juez le dijo ¿por qué no vende los quinientos gramos que le pide de mantequilla el panadero?

El granjero bajo la cabeza y le dijo:

Su señoría quisiera decirle que soy un hombre simple sencillo no conozco de números siempre le vendo la misma cantidad le doy mi palabra de honor y puedo decirle que duermo con toda la tranquilidad y mi conciencia está tranquila.

Entonces el juez lo miró y dijo: “sencillo”

“Si, señor juez, yo podría decirle, ¡hasta primitivo! Solamente sé cuidar de mis vacas, mi establo, y cuidar de mi casa.”

El juez de nuevo le dijo: “Vamos a ver, ¿en qué peso pesa usted la mantequilla?, o ¿en qué balanza? ¿En qué libra?”

El granjero le dijo:

“Disculpe señor juez, solo tengo una, una de dos platos, la sujeto en el medio por una anilla, y es lo único que tengo”

“Pero, ¿cómo sabe usted si son quinientos gramos?”

“Muy sencillo, señor juez:

Antes de que el panadero me comprara la mantequilla, yo ya le compraba el pan. Un pan de medio kilo, quinientos gramos, y entonces cuando me pidió la mantequilla, puse en un plato el pan que él me vendió, de quinientos gramos y en el otro lado puse la cantidad de mantequilla que pesaba el pan, ¡y quedaba justo! ¡La balanza era perfecta! Había la misma cantidad en un lado que en el otro.

Entonces el juez miró al panadero y le dijo:

“¿cuánto pesan sus panes?”

“Normalmente, quinientos gramos”

“Que traigan el pan”

Pesaron el pan en una balanza electrónica, y vieron que pesaba 450 gramos.

Entonces le dijo al granjero el juez:

“puede irse y continúe siendo tan honesto y tan buen hombre y tan sincero y siempre hablando con la verdad.”

Mis semillas, hay que sacar una lección de esta historia tan simple y tan sencilla, que aquello que damos es lo mismo que recibimos. Si ustedes dan solo un beso, recibirán un beso, pero si dan un abrazo, ¡recibirán dos besos y un abrazo!

Si ustedes giran la cara para mirar a otro sitio en vez de saludar, la próxima vez esa persona girará la cara y no les saludará. Solamente siendo honesto y hablando con la verdad y dando lo mismo que te gustaría recibir es cuando está el equilibrio, cuando esta la medida justa y cuando te sientes en paz.

Recordar la mantequilla y el pan, recibir siempre todo el amor de vuestra Jardinera que si lo poneis en una balanza, pesa más que el Universo.

Con todo mi amor,

La Jardinera

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