October 09, 2021

Las abejas

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas semillas,

Hemos copiado a las abejas, hemos estado en grupo. ¿Por qué las api? ¿las abejas?

Porque las abejas trabajan siempre en grupo, jamás individual, jamás. Una abeja, la principal es la reina madre, nace ya y la eligen, pero ya nace reina, la eligen entre las principales y la elegida tendrá que procrear millones y millones de huevos para poder dar vida al resto de las abejas que viven en el enjambre p esas casitas donde van a reproducir la miel.

Una vez que nacen, los primeros son los soldados, los segundos son los dirigentes, capitanes, generales y después está la armada. La armada principal es la que va a cuidar, en francés se dicel’essaim, el enjambre o las casitas donde se deposita la miel. Entonces van a custodiarlo, a controlarlo, y a protegerlo, son los primeros que van a atacar y llamaran al socorro, mandaran una alarma como un radar para que puedan venir todos a proteger contra los intrusos, los que vienen a robar la miel o también a robar los huevos de la reina, matarlos.

Después siempre estará a su lado el abejorro que es el papá de todas las abejas, de los huevos de reproducción. Y esta la grande, grande armada, por decirle un nombre, sería la gran sociedad que son las obreras, todas las abejas son obreras, ¡todas son obreras! y se dedican solamente a un trabajo: desde la mañana que se levanta el sol hasta la noche que el sol se acuesta, tienen que hacer a veces 100, 200 kilómetros o más para ir a buscar el polen.

Van de flor en flor, algunas se dedican a las mil flores, que es decir a campos donde hay muchísimas flores y otro grupo va al brezo, va a las flores de romero, de tin, de romarino, de tomillo, también de acacia.

Cada armada o cada grupo de abejas de obreras va a flores y viene corriendo siempre coge el néctar y lo viene a depositar dentro de su casita. Ya está hecho el panel de cera, fabrican la cera las obreras que se quedan dentro del panel, fabrican la cera y hacen el agujero en la forma en la que tienen ellas los ojos. Las abejas tienen ojos como octagonales, tienen más de... no diría barbaridades, pero entre 10 o 15 o 20 cuadritos en los ojos, igual que la forma de los paneles que hacen de cera.

Y lo van poniendo y lo van pegando, y esos agujeritos cuando se van por la mañana a recoger el polen, lo traen y lo depositan hasta que esté lleno, ese es el néctar, el néctar para la reina, pero el néctar de los Dioses, el néctar que crean esas abejas obreras.

Nunca se pelean entre ellas, porque viven para y por crear la miel. Viven 20 días, máximo 25 o 30, pero después de los 20 días saben que tienen que morir, así que antes de morir tienen que llenar la casita llena de miel y también tener una reserva de unos bichitospuceron, unos bichitos verdes que siempre cuando están las plantas, las flores, ¡el pulgón! ¡viene ese pulgón! en francés espuceron, son unos bichitos redonditos muy pequeños, parecen como la cabeza de un alfiler, ¡son pequeñitos! verdes con unas patitas, no son malos, pero se comen las hojas, las flores, y ellas van y los recolectan.

Los llevan vivos y los van poniendo en la casita, en un rincón, porque esa es la nevera, la reserva, el alimento de los próximos bebés que van a nacer. Y los van manteniendo vivos, no los matan, los dejan allí vivos. Y cuando nacen las nuevas larvas que va a poner la reina madre, los llevan y se alimentan de los pulgones. Y así nacen más obreras, más soldados, más vigilantes, más coroneles, para vigilar y proteger.

Me gustaría mis amadas semillas, mis amores, me gustaría que por un instante os imaginarais si nosotros supiéramos que vamos a vivir 20 días o 20 años y que íbamos a morir solo por producir miel. De la miel sale la cera y sale también un producto que yo adoro, lo hacen en líquido y también lo hacen granulado que eso solo es para la reina. ¡Propóleo! ¡propóleo!, entonces es el néctar para la reina madre y cuando los apicultores lo recogen hacen también propóleo en líquido, porque es muy bueno, cicatriza, sana. Antiguamente era el medicamento, uno de los más grandes medicamentos que había.

Como la miel, la miel es un medicamento que sirve para todo, especialmente para nutrir el cerebro. El cerebro no puede vivir si no tiene la glucosa, es decir, esa miel divina. No podríamos vivir y lo necesita también el páncreas y todos nuestros órganos. Es la gasolina o la energía de nuestro cuerpo, la miel, es lo que necesita cada día.

Tenemos que tomar una cucharadita o si queréis una sopera, cada mañana tomaros una y veréis. porque no es azúcar, es néctar que os ayudara al cerebro, su supierais que vais a vivir 20 días y tenéis que morir por haber trabajado tanto, tanto, tanto, solo para dejar la miel y se la coman los hombres. Que vengan los animales como los osos y se la coman, o simplemente que alguien lo destroce ese nido por el placer.

Os imagináis que dan la vida para toda la unión, para toda la familia, allí todos son familia, todos, vienen de la misma madre. Y protegen a sus bebés y los alimentan y los cuidan y no se pelean nunca porque solamente tienen un deber y una obligación de aceptar y obedecer. No les pueden decir nada porque si no obedecen, ellos mismos ya saben, las obreras que tienen que irse. ¿Y a dónde irían? si saben que su vida es el néctar, ir a buscar las flores.

¿Qué haríais vosotros si supierais que vais a dar la vida únicamente por trabajar?

por trabajar, trabajar todo el día sin descanso, sin descanso.

Y son felices, a ver quién aporta más néctar, quién aporta más de miel, quién producirá la mejor miel.

¿No es un regalo que ofrecen a Dios? ¿No es un regalo que ofrecen de la naturaleza al Universo?

¿Lo habéis pensado alguna vez?

Ya que la abeja la utilizan muchos, diríamos, medicina alternativa, para sanar. Porque es veneno y lo que necesita nuestro cuerpo a veces es ese veneno porque es el antídoto del dolor que tenemos. Nuestros celos es un veneno, nuestra envidia es un veneno, nuestros malos pensamientos es un veneno. Al recibir el veneno de la abeja, es el antídoto.

Las personas que no hablan, van a ver a estos especialistas porque dándoles ese veneno, no les saldrá cáncer o ninguna enfermedad, pero si no lo hacen, no vivirán ni en paz ni en armonía. Nuestro veneno es de no comunicarnos.

Y comunicarse es la vida, es la vida.

Recordar bien que hace el bebé cuando nace. Reconoce a su madre, nunca la pierde. ¿Habéis visto alguna emisión de los pingüinos? En el polo norte, en el polo sur. Reconoce a su padre y a su madre solo por el ruido que hace cuando, para mí, son cantos o hablan. Y los pájaros, las aves, está constatado por los científicos, que reconocen a su madre y a su padre, sobre todo a la madre, desde que está en el vientre de la madre.

Reconoce su cantar y cuando nace sabe que es su madre que va a alimentarla o su padre. Pero si hay un extranjero, tendrá mucho cuidado, ya desde el vientre de la madre. Hay mucha similitud entre el hombre y los hermanos inferiores y es maravilloso, pero lo más maravilloso de las abejas es que son disciplinadas, obedientes, respetuosas. Las que siempre hemos conocido. No las que nos mandaron de otros países, por no nombrar ninguno. Pero hay unas abejas monstruo, que las dejaron escapar. El mismo país que lanzó el covid-19 y está matando a nuestras abejas. Está destruyendo. Tenemos que cuidarlas mucho, mucho. Cuando veamos abejas grandes, echarlas fuera, matarán a las nuestras.

Pero de nuevo, ¿Qué harías vosotros? Haceros esta pregunta, ellas mueren trabajando y ellas mueren para vivir ese tiempo tan poquísimo y tan corto porque saben que lo que reproducirán, será lo más grande. No viven para ellas. Podríamos decir que viven para el Universo y están agradecidas a las flores, porque gracias a ellas tenemos almendras, melocotones, manzanas, aguacates, bananos.

Gracias a ellas tenemos todas las frutas, pomelos, naranjas, mandarinas, el mango, pues ellas gracias a eso. Y si queréis, podemos ir al Japón porque está esa maravilla que solo existe en el Japón, cuando salen los cerezos en flor, es una poesía, es un cuadro que jamás ningún pintor podrá ni pintar ni fotografiar esa belleza tan grande, tan inmensa. Que solamente el cielo recoge, que el Universo sabe y recibe el olor y el néctar gracias a ellas. Está en Japón, los cerezos en flor.

Aquí en Europa tenemos los almendros en flor, los cerezos en flor, los naranjos en flor, los mandarineros en flor y en vuestros países, mis estrellas, vuestros países con ese calor tan amoroso y esas flores de esos colores está el jardín del Edén, así que, poneros la pregunta:

¿Qué amor tienen las abejas? ¿Qué amor tienen y que misterio guardan?

Hoy en día no lo han encontrado, ¡Por qué las obreras obedecen? ¿Por qué la reina madre pone millones de huevos? ¿Por qué todo está tan ordenado?

Con las antenas se comunican todo. Con las antenas se mandan radares, es como nosotros con el Chakra 6.

Se mandan con el Chakra 6 toda información y saben que tienen que hacer kilómetros y kilómetros o bien ir en direcciones diferentes, donde más hay flores, arboles.

Imaginároslo y veréis que maravilla y que maravilla cuando está esa miel que la sacamos tan fresca y aromática y la ponemos en un trozo de pan bien tostadito y recién hecho ¡Qué placer! O encima de un trozo de queso también o encima de mil sabores y gustos.

Esas son las abejas. Nos dan la vida

Y ellas lo ofrecen para nosotros, es una razón de admirar y de saborear cada día vuestra cucharadita de miel. El cerebro, las neuronas, ese mundo tan maravilloso que tenemos en nuestro cerebro y que es tan grande, taaan grande.

Si lo supierais mis semillas, no me creeríais, un día vendréis donde se podrá explicar. Tomaréis todos vuestra cucharita de miel. Tooodas las mieles son buenísimas y todo lo que producen es bueno, delicioso y sagrado.

Porque es de una gran pureza, nada contaminan ellas, antes de contaminar el panel de miel, se autodestruyen ellas mismas para no causar ningún daño a la futura generación de la reina madre. Todo es sano, ellas nunca traerán nada ni podrido ni sucio, prefieren eliminarse porque saben que así la contaminación no perjudicará a toda la casa y a toda la comunidad.

Nunca están solas, ellas saben si están cansadas, si han tenido un accidente, si algún humano les ha dado un golpe queriendo o sin querer y le ha cortado una alita, una pata. Irán y le ayudarán y le darán de propóleo porque saben que le ayudará a crecer ese miembro o a curarlo. Pero nunca les abandonarán, nunca.

Siempre está ese lazo que se llama solidaridad, que el humano ha perdido y con la pandemia ha olvidado.

Pensemos más en las abejas, esos seres tan pequeños y tan maravillosos que nos alegran la vida, aunque nos piquen. La persona que tiene alergia, también tiene sus razones, pero ellas nunca picarán para matar, nunca, a los humanos. Se defenderán ya que no saben que intenciones tenemos con ellas y como siempre queda el recuerdo de la memoria universal para ellas también, es la memoria genética, entonces, toman sus precauciones y al defenderse, saben que, si pican, morirán.

Cada vez que una abeja ha dejado su aguijón, buscarlo, es lo que ellas pican, lo dejan a quien le pica, si es el humano, se quedará en la piel. Después tienes que sacarlo con pinzas, si es otro animal también le van a picar, pero siempre saben que si pican es para defender a todas las abejas y también saben que van a morir. Cada vez que una abeja os pica, está condenada a morir porque ahí lleva su reserva, que es de vida y de veneno.

De vida y de veneno

¿Qué tenemos en el páncreas? No podemos vivir sin páncreas porque lleva la vida que es la miel, el azúcar y si no tiene azúcar, es el veneno. Si no funciona, es el veneno. Tenemos mucha similitud todos los seres vivos y las plantas también.

Hablaremos un día de las plantas, de los árboles, de las flores, pero hoy son las abejas que siempre nos regalan, nos advierten. Cuando pasan alrededor nuestro hacen: bssssss.. Siempre, quiere decir: Una sirena: ¡Cuidado, cuidado! Voy a pasar, no os acerquéis, voy a mi trabajo, no tengo tiempo, el tiempo es oro, no puedo perderlo, tengo que ir a hacer la labor de cada día.

Soy la obrera, acepto y obedezco.

Ellas nos dan ese ejemplo maravilloso y cada mañana está la miel en nuestro desayuno, os puedo decir. El otro día vi un palito, el que se retira la miel, que es redondito. Y dije: ¡Allaah! Lucia, ¿Has comprado un palito? Y dice: No, ya lo teníamos y es verdad, en cada casa donde vivimos, tiene que haber un palito, sino la cuchara. Pero con el palito se pierde menos, con la cuchara se ensucia todo.

Así que con esta miel, vamos a darle un homenaje a estas abejas tan hermosas que nos regalan su vida. Que nos regalan su amor con la miel y todos los derivados.

¿Qué haríamos sin las velas, las candelas auténticas de cera?

Son las que ofrecemos a los Iniciados, ¿Qué haríamos? Antiguamente se hacía mucho de cera, por eso las cuidaban tanto y son tan preciosas, todos sus productos, todos, todos.

Conocen a su cuidador y aunque se protege porque el instinto de las abejas es cuidar bien su miel, conocen a su cuidador, pero irán también para decirle ¡Cuidado! Nosotros somos los soldados, te podemos picar. Pero en principio lo respetan. A los intrusos no, pero al cuidador si porque saben que tiene buen instinto. No les gusta que les quiten la miel, pero saben y conocen que hay que reemplazarlo para poder continuar a trabajar y llenarlo de miel, de néctar.

Os voy a contar una anécdota,

En los siglos de los griegos y también los romanos, la época de los filósofos griegos, no os digo los nombres para ir más rápido, os voy a decir porqué. Porque desde Grecia y Roma también y sobre todo los Fenicios, tenían las ánforas, ánforas y recipientes hechos de tierra cocida y los llenaban de vino, vino blanco o rosado. Y para transportarlos en los barcos, podían transportar 10,000 - 20,000 barricas. Pero para taparlo no tenían tapones de corcho y ¿qué hacían?

Ponían en la boca del recipiente, es decir, cuando estaba lleno de vino, para cerrarlo ponían alrededor como si fuera la botella, así todo alrededor, miel, mucha miel. Y por encima, ponían una piel de cabra o de cordero y esa piel la cubrían bien fuerte y lo ataban alrededor y en las asas lo ataban muy fuerte muy fuerte.

La miel se pegaba a la piel del cordero. Estaba atado y con el barco que se movía, el vino iba de un lado al otro y se iba endulzando de miel y le llamaban hidro miel, los romanos, hidromel. Pero los griegos también.

Cuando llegaban de Grecia hasta Jerusalén o hasta Tunes o hasta todo el Mediterráneo, ¡Ese vino tenía un sabor! Es mi preferido, ahora ya no hay mucho, pero es mi preferido. ¡Porque tiene un gusto a miel delicioso! ¡Delicioso! ¡Delicioso!

Cuando encuentro en algún almacén, que es muy raro, le digo: Lucia, por favor, ¿Me compras una botellita pequeña? Y me la compra, hay que beber poquito porque es muy bueno, pero siempre me acuerdo de esos viajes y que gracias a las abejas, podían transportar el vino. También lo ponían en el aceite, pero en el aceite quedaba sobre la primera capa de aceite, lo quitaban y no perdía el sabor. Pero el vino si, al ser líquido, quedaba ese gusto tan bueno.

¡Ay, que recuerdo más agradable!

Y vamos a compartir ese hidromiel todos juntos, dándole las gracias a nuestras amigas, las abejas y os invito a ustedes y a vosotros a que cada mañana, una cucharadita de miel.

Y recordar que nos dan su amor, que dan su vida, para nosotros, los hombres de este planeta que no queremos reconocer, que tenemos tanta riqueza y preferimos la zona de confort, dejarnos parecer a zombis, ser robots y perder la humanidad.

Y si contempláis a las abejas, veréis que ellas no han cambiado, desde siglos cumplen siempre su promesa. Nacer para trabajar y morir, pero dejarnos ese regalo tan especial.

Con esa miel os deseo que descanséis, que tengáis felices sueños y que endulcéis vuestro corazón, que liberéis esa Alma que cada día la encerráis olvidáis de tirar la llave para que se abra y se llene de miel.

Con todo mi amor,

Vuestra Jardinera.

Mil flores, mil colores y mil amores.

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