October 13, 2021

Constancia

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas semillas vamos a compartir esta historia también, tan bonitas como las otras.

En una ciudad había unos niños que no querían ir a la escuela, o un pueblecito. Puede ser en cualquier lugar de nuestro planeta. No querían ir a la escuela, y dijeron “bueno, pues vamos y jugaremos”. Y se fueron a jugar y pasando por una calle vieron a una señora mayor que estaba sentada y tenía un trozo de hierro redondo, como tantas veces aquí en el jardín hemos puesto como tutores o para sostener las murallitas, siempre los utilizamos grueso como un dedo.

Y esa señora tenía en la otra mano una piedra de limar, estaba sentada y con la piedra estaba frotando al hierro para limarlo, limarlo, limarlo. Y estaba una vez, dos veces, muchas veces y constantemente, constantemente, constantemente.

Los niños de pronto al pasar y verlo se quedaron sorprendidos, y dijeron: “¿que está haciendo esta señora? Vamos a preguntarle.”

La curiosidad de los niños es algo que es maravilloso porque gracias a la curiosidad les ayuda a aprender, avanzar y sobre todo a no quedarse ignorantes.

Hoy en día es más fácil, el móvil, cierro este pequeño comentario y continuamos.

Esos niños curiosos, le dijeron: “¿Qué está haciendo señora?” Y la señora apenas les miró y dijo: “Pues aquí estoy limando este hierro, ¿lo veis?”

“Si.”

“Pues voy a limarlo porque quiero hacerme una aguja de coser.”

Y los niños la miraron sorprendidos. Y dijeron: “¡No puede ser, no puede ser!”

Y entonces la señora continuó a limar, a limar a rascar el hierro para que se fuera haciendo cada vez más fino. Pero los niños la miraban y la contemplaban y le dijeron: “¿Señora para qué quiere usted la aguja?” Y le dijo: “pues para hacerme la ropa, hacerme los vestidos y coserme cuando tengo algo roto.” “Pero no sabe usted que nunca podrá sacar una aguja de ese trozo de hierro tan espeso? Nunca podrá hacerlo, nunca llegará.” Y se rieron.

Y la señora mirándolos les dijo: “¿Qué sabéis vosotros? Qué podeis decirme?” Un niño que yo conozco diría, con qué derecho me juzgas con tus palabras. Preguntándome cuánto me ha costado.

No ahí la señora solamente le dijo: “¿cómo es posible que me cuestionáis vosostros? Si no habéis ido a la escuela” Entonces los niños avergonzados la saludaron se dieron media vuelta y se fueron.

Corriendo, corriendo a la escuela, porque comprendieron muy bien que si esa señora quería hacer una aguja de ese hierro su sabiduría le había dado ya la enseñanza de saber hacerlo. Pero si ellos no iban a la escuela como podrían permitir decir que no llegaría. Así que entraron en la escuela y se pusieron a estudiar seriamente y muy contentos. Y la señora, añadió una frase cuando estos niños desaparecieron de su vista.

“Si supierais, que con la constancia constancia, si queréis, y la tenéis cada día cada día, cada día, podréis llegar a hacer de un hierro por muy grueso que sea una aguja de coser."

No hay nada más fuerte, para el ser humano que no consiga con constancia. Si verdaderamente quieres obtener algo, se constante, cada día, cada día cada día y realizarás aquello que quieres y lograrás aquello que necesitas.

Y así llegó a ser su aguja. Le costó muchísimo pero la constancia.

Ser constante es llegar a la meta de todo objetivo que queremos alcanzar.

Hoy hemos compartido que si deseamos cada día vamos a intentarlo y estoy segura que lo obtendremos.

Con todo mi amor vuestra Jardinera.

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