🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
De nuevo me gusta compartir con ustedes y con vosotras. Hay momentos maravillosos en el día y tengo un día feliz y muy contento, ayer no era lo mismo pero hoy es diferente.
Os voy a explicar una historia.
Erase una vez en un país muy pequeñito, muy pequeñito vivía un niño muy guapo, nació hermoso, muy bonito. Su madre lo quería mucho, y lo cuidaba muchísimo, pero este niño era hiperactivo y no podía estar quieto nunca nunca nunca. Y siempre saltaba rompía jugaba si habían preparado un pastel iba a escondías metía el dedo cogía la crema Chantilly y se la comía si había un plato favorito iba escondidas y cogía un poquito y después lo arreglaba para que no se viera.
Cuidado donde nació este niño tenían sirvientas y aún tienen sirvientas (perdón chicas de servicio señoras de servicio perdón señoras que están haciendo su trabajo con todo mi amor) entonces lo espiaban y lo vigilaban.
Cuando empezó a crecer le dijo su madre: “Mira esposo llévate a nuestro hijo no puedo todo el día con él” , porque no le gustaba mucho la escuela y la escuela le decían los profesores: “se distrae , está distraído, no está muy atento. Más tarde le dijeron: “ lo siento mucho señora pero la escuela no le gusta mucho su hijo”
Lo pusieron en Boy Scout, lo pusieron también lo metieron en curso de vacaciones en el Opus Dei para ver si encontraba su camino este niño. Entonces el padre decía “ ¿y qué voy a hacer con él? Tenía una empresa, (ahora está jubilado el padre, pero tenía una empresa) yo no puedo estar con él, yo tengo mis obreros, mi personal yo tengo oooh bueno pero es que ya no puedo más me va a matar” - El padre dijo bueno pues que venga conmigo y le decía a su jefe el obrero jefe. Ocúpate dale trabajo enséñale algo. Y claro ese jefe lo mira bien y que hago yo con un niño un adolescente? Lo que quiera Le dijo, señor, lo que quiera.
Si, señor ingeniero, sí, si si. Y se lo tenía que llevar. Bueno, pues le decía no se, “Límpiame esto, hazme aquello, toca estos hilos y poco a poco iba aprendiendo y su Madre cuando tenía la plancha rota me decía: “toma arreglala” y se la arreglaba, siempre arreglaba cositas. Hasta que dijeron bueno ahora tienes que decidirte tus estudios y dijo quiero ser doctor. Muy flamenco sabéis no, el típico pollito que quería ser un gallo.
Y se puso ahí con su pechuga, ¡Quiero ser doctor! Se miraron los padres y dijeron ¡Que suerte! Porque sus hermanos todos eran licenciados tienen doctorados vale pues lo pusieron y entró en la Universidad pero qué pasó? Lo que tenía que pasar, jugaba al baloncesto balón Ball era muy bueno, muy bueno, hacía de todo, era buenísimo en todo. En deportes, manualidades, en todo lo que le ponías, excelente, pero los estudios le costaba mucho.
Cuando tenía que revisar sus deberes en casa se dormía. Pero bueno llevaba justo si tenía que tener 5 la media, tenía 4,99. Por ese poquito lo dejaban pasar pero siempre le faltaba una chispita. Donde se estaba bien eran los idiomas y eso le hacía el medio puntito. Pero un día llegó lo que tenía que llegar. Encontró una niña, una chica, era bonita, una cara muy pequeñita de niña, parecía una santa, pero solo de aparición eh.
Entonces empezaron a jugar, a salir, y como él estudiaba medicina jugaron al doctor y la enfermera, ¿qué pasó? Que de pronto a ella le creció la cintura un poquito debajo de la cintura empieza crecer un bultito, un bultito y le dijo: “¿No te habrás caído verdad? Dice, por que tiene una infección, te está creciendo, algo, una pelotita en la barriguita. Claro le estaba esculcando cómo hacen la enfermera y los doctores a los niños. Eran jóvenes, muy jóvenes, muy jóvenes, tenían 18, 19 años.Y entonces dice, pues no. Pues, qué será? ¿Haz comido algo? Un casulé? Si estuviéramos con Jokin y Yosune diríamos una favada, pero no era eso, o frijoles! Pero no era eso, era natural! Pero esque esa pelotita, se hacía más grande, más grande, más grande hasta que los padres se dieron cuenta y dijeron:
Pero la madre, la llevó al doctor, y dijo: Señora, ni favada ni casulé ni frijoles. Su hija está embarazada y bien embarazada.
Y resulta que este niño, su novia era la prima de esta chica que quería y que le gustaba! Pero dejó embarazada a la otra prima que le gustaba y que no quería. O a medias, o para ciertos “juegos”. En fin, y total que los padres hablaron entre ellos y el niño y la niña se casaron, como Dios manda y la religión lo admite y lo exige. ¡Tuvieron a un bebe magnifico! Una joya, una joya! No lloraba, ¡Perfecto! Y así pasó la vida, y así fueron creciendo, pero claro, le pesaba mucho tener que estudiar, tener que mantener una familia, después ya con el hijo, la hija. Aaaah, era un peso y le costaba mucho. Hay que reconocer que cuando se es joven, todo es montaña arriba.
La jóven esposa dijo: Yo trabajaré y así podremos alimentar y tú estudia. Y él dijo: ¡Ay que bien! ¡Me va de maravilla! Pero la mayor parte, se quedaba dormido y cuando venía de trabajar, la esposa le hacía recitar las lecciones y tenía que estudiar medicina con él y así iba pasando. Pero ya le faltaban dos asignaturas y dijo: Hasta aquí hemos llegado. Y entonces ya cogió otra profesión, mil profesiones y dejó la medicina. Los padres le dijeron, no lo hagas, la familia le dijo, no lo hagas. Todos sus hijos le dijeron, no lo hagas. Porque ya empezaban a ser grandecitos. No lo hagas. Tuvo dos más después pero, repito, no era ni la favada, ni el casulé ni los frijoles. No, eran las cosas normales entre un hombre y una mujer. Así que ahí llegó la cosa.
Ese niño, hoy es un hombre muy noble, honrado y trabajador. Y muy honesto, muuy honesto. Su corazón se ha abierto, hace muy poco tiempo. Pero abierto profundo, siempre lo ha sido, profundo, y tiene muy buenas entrañas y es muy buena persona, excelentísima persona, pero ahora lo hace con conciencia y me ha mandado un audio y me ha dicho:
Rosita, o Jardinera, estoy haciendo mi último año en pediatría. Es el más duro y más difícil que he tenido para terminar mis estudios porque en este departamento, solo en pediatría, está vigilado por el estado. Así que tenemos que escribir todo lo que hacemos, tenemos que anotarlo todo, todo, todo. Porque las madres están muy vigiladas y las enfermedades de los niños y los nacimientos también. En los otros servicios es diferente, si hay una muerte, pues, no ha pasado nada. Pero, el estado solamente vigila a este servicio de maternidad.
Así que tengo un trabajo muy duro, muy difícil, porque a mi edad, como comprenderás, estudiar me viene, como os he dicho, montaña arriba, es difícil. Pero hago un gran esfuerzo, ya no me duermo, vigilo cuando tengo guardia por la noche, estoy toda la noche sin dormir, vigilo los niños, los bebés, los prematuros, a las madres, porque hay muchas que mueren, de hemorragias.
Aquí no los hacen como en Europa, aquí no están cuidados como en otros países, es muy diferente, así que utilizo siempre La Enseñanza, la energía y salvo a muchas vidas, a muchas vidas. Pero voy a compartir contigo lo que me ha pasado:
Habían dos niños muy pequeñitos que iban a morir y una de las niñas no tenía nada para jugar y estaba jugando con unos trapos entonces yo fui, bajé y en la calle, en el mercadillo ahí en la calle, le compré una Pupé barbie y se la ofrecí y estuvo tan feliz, tan contenta, que yo te podría decir, es lo que la ayudó a curarse y era lo que su Alma estaba esperando y ya estuve más contento de verla que sonreía y estaba tan agradecida.
Pero me fui a otra habitación donde había un niño pequeño también y tenía en las manos ese rollo de papel higiénico, papel del bater y yo me fijé y pensé: ¿Qué va a hacer? ¿Por qué lo mete en la boca, que va a hacer? Voy a esperar a ver.
Lo miro y lo cortó, sabéis que ese rollo de papel higiénico, es redondo, cortito, pero de un lado lo cortó en tres y lo dobló e hizo dos brazos y la cabecita y la dibujó y cogió y salió de su habitación
De un rollo de papel higiénico o de bater, le hizo un muñeco, entonces se acercó este niño que hoy es un hombre honorable. Le dijo: ¿Qué has hecho?
Entonces no sabía que decir, me quedé callado y dije: ¡Dios mío! Tantas cosas que se tiran, tantos peluches, tantos juguetes, cuando uno va a la bisheterie. Todo lo que se tira u otros niños que tienen tantos juguetes, que tienen tanta ropa, que tienen tanto y estos con el papel del váter, el rollo haciendo un muñeco y sí, parecía un muñequito y se lo llevó.
No puedo explicar esta historia real y auténtica sin emocionarme, pero es una emoción linda, preciosa, de ver el corazón tan grande que se le ha abierto a este niño que hoy es un señor muy noble, es un gran hombre, porque se le ha abierto el corazón y porque sé que ayuda a los niños.
Y los otros tienen caprichos o se compran caprichos y no saben valorarlos ni lo que tienen. Por eso he querido compartirlo, que aunque sea un cacahuete, por más pequeño que sea, tiene un valor infinito. Aunque sea una rateta pequeñita, pequeñita, pero también tiene un valor infinito.
Todo lo que nos rodea tiene un valor infinito, todo, todo. Porque todo viene del Infinito, viene del Universo, viene de Dios. Así que agradezco a este gran hombre y noble señor. Que continúe ayudando, que continúe repartiendo sonrisas y si puede, besos y abrazos. Que los haga reír, que ahora para navidad se vista de payaso para hacerlos reír. Sabes hacerlo, porque es muy buen payaso cuando se pone sus pelucas, cuando se disfraza.
Hazlo y verás qué felices harás a esos niños, es igual que los otros doctores y directores. Pero tú eres único y como único, arriba te mirará el Maestro de Tiberíades y te ayudará para tus exámenes y la virgencita y especialmente tu madre. No sabes lo orgullosa que está y cómo le gustaría el día que te pongan el birrete, el día de tu diploma, será el día más feliz de su vida, de su vida de Luz. Digo bien tu madre, Lili.
Te quiero señor, y noble señor, te quiero mucho.
Con todo mi amor,
Tu Jardinera y Servidora.