February 03, 2022

Paciencia

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas semillas,

Hubo una época dorada donde muchos creían en los Dioses de la mitología. Es cierto que hacía soñar, ¿Quién no ha soñado con ser el más fuerte? Hércules, o la Diosa del amor. Pero en este momento, esos Dioses se mezclaban con los hombres de la tierra y una vez, el Dios de la mitología, Heracles, iba paseando a lo largo de un estrecho sendero, como tantas veces lo hemos hecho. Que sea en un parque, en el bosque o en la selva.

Cuando de repente observó en el suelo un pequeño objeto que parecía una manzana, muy bonita. Y le intrigó mucho, entonces se acercó a ella y quiso aplastarlo, pero cuando lo hizo, el objeto se duplicó, es decir, se multiplicó su volumen, creció. En vista de que estaba creciendo, él decía: Pero ¿Qué pasa? Heracles lo pisó más violentamente y tan violento, que por si eso no fuera suficiente, le golpeó, además, con su bastón.

Entonces el objeto se puso en frente de él y más golpes le daba, pero de nuevo, se puso otra vez en frente del semi-dios y se fue hinchando cada vez más y más y más hasta tapar completamente el camino. Pero completamente. Heracles no comprendía, entonces nuestro gran héroe arrojó su bastón y se quedó ahí muy extrañado. Y así estaba, entre confuso, furioso, no comprendía.

Y de pronto apareció la Diosa Atenea, (como comprenderéis, estamos en Grecia), que era muy sabia y le dijo:

Detente hermano. Este objeto que has golpeado es el espíritu de la disputa y de la discordia.

Si le dejas tranquilo, permanece como estaba al principio, pero si le haces frente, se hincha cada vez más y cada vez más estará rabioso y se enfrentará a ti.

Mis semillas,

¿Qué nos quieren decir? ¿Qué nos están enseñando? que cuando uno discute o siembra la discordia o los celos y las envidias, son la causa de grandes males, sobre todo de la humanidad.

Así que es mejor que nunca la estimuléis, ni la toquéis.

Ni los celos, ni la envidia ni la rabia y aun menos, la indiferencia, aun menos.

Mis semillas, es tan fácil combatir esos momentos que tenemos, que empiezan a subirnos humos. Es una expresión, de rabia o de incomprensión y de pronto, ya hemos saltado como un gallo.

Pues pensemos que no hay que tocarla, hay que practicar la paciencia, que es la sabiduría.

Con todo mi amor,

La Jardinera.

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