Escucha el mensaje de la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
Un día andando por la montaña, estas montañas tan hermosas que tenemos aquí, y en cada país son siempre hermosas, con sus árboles, sus flores ¡y sus frutos!
Había dos hombres, como dos compadres, que suele pasar. Iban andando y se iban paseando y ese día tocó esa montaña, y en el camino encontraron un hacha toda nueva. Y dice uno de los dos hombres:
¡Huy! ¡Mira lo que me he encontrado, un hacha, es nueva!
Y su compañero le dijo:
¡Qué suerte tienes! ¡Vaya! Y después dijo:
Es verdad que suerte hemos tenido de haber encontrado un hacha y tan nueva. Pero el amigo que había encontrado el hacha dijo:
¡Perdona! El hacha la he encontrado yo así que me pertenece a mí.
Dice: ¿pero no andamos juntos? ¿No la hemos visto juntos?
¡Si! Pero yo fui el primero así que es mía, no lo digas en plural. ¡He encontrado un hacha! No hemos encontrado un hacha
Su amigo bajó la cabeza y se quedó un poco chafadito, un poco triste porque pensó:
Yo pensaba que éramos amigos, yo pensaba, bueno.
Pues continuaremos nuestro camino y así fue, anduvieron.
Y cuando llegaron a una explanada había un lago precioso y había muchos troncos, pero detrás de los troncos había un hombre, era un leñador, ¡grande! ¡Fuerte!
Los leñadores son muy fuertes porque necesitan mucha fuerza para cortar los árboles.
Entonces se acercó a él y dijo: ¡Hay! ¡Mira mi hacha!
¿Me la habéis robado?
Y entonces uno de los hombres dijo, primero habló el que encontró el hacha:
¡Sí! ¡Encontramos el hacha!
Y el otro amigo contestó enseguida y le dijo: ¡Disculpe Leñador! ¡Mi amigo encontró su hacha! ¡Yo no la vi, ni la toque! Yo no tengo nada que ver con el hacha, es con él, pregúntele, ¡dígaselo! Y entonces se acercó hacia él con cara de pocos amigos porque creyó que se la había robado.
Mis queridas semillas, la lección que tenemos que aprender de hoy es: no toméis nunca una decisión rápida: ¡me voy! ¿A dónde vais? ¿Pues no encontrasteis el hacha? ¡ah! ¿Tienes una carta visa? ¡Perfecto! Guárdatela que quizás un día la necesites, porque quieres hablar en singular y no en plural, eso nos aprende que, si compartimos, sea bueno, sea malo, lo disfrutemos. Si es una suerte ¡aleluya! Alegrémonos.
Y si es algo menos alegre, compartamos también porque si se comparte se gana de cada manera o de todas las maneras.
Entonces, la persona que piensa solo individual, pierde, la persona que se cree que individual puede llegar a ser, o que puede arreglar papeles o puede ser ramos de flores, pierde. Pero si comparte y lo transmite, ganará amigos, podrá realizar quizás una obra de arte con esas flores, quizás con su carta visa le darán más dinero, o quizás podrá ayudar a tanta gente como Ucrania que ahora lo necesita. No os confundáis, cuando uno tiene un amigo, tiene un tesoro y no tengáis miedo si necesitáis el hacha, guardarla, pero si no la necesitáis compartirla.
En vez de pensar individualmente: porque yo, porque yo, a mí me gusta trabajar solo, a mí me gusta trabajar sola, no, mis semillas.
Aunque nos guste individual siempre tenemos que trabajar en grupo, porque así se realiza todo y por favor mirar al Universo, veréis si hay solo una estrella. ¡Hay millones! Mirar si solo tenemos el planeta tierra ¡Hay millones! ¡Mirar si es grande, y es inmenso! Como vuestras almas, ayudarlos a elevarse y no os quedéis con vuestra materia.
Vuestra Jardinera
Con todo su amor