🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
Hoy es una historia muy sencilla y muy cortita pero que tenemos que sacar lección. Así pasó esta historia, en una casa donde se comía muy bien tenían 3 perritos, pero siempre en la calle y les daban muy mal de comer, a veces las sobras y otras veces nada.
Y un día que se fue la patrona, la ama de la casa, uno de los sirvientes salió y les dijo a los perritos:
¡Cachorrillos! ¡Venir! ¡Que hay muchas migas de pan! ¡Venir a comerlas! ¡Es algo bueno! Os maltratan y os dan apenas de comer, aprovechar, que ahora no está el ama.
Y los perritos dijeron:
¡No, no, no, jamás, jamás, jamás! No entraremos, lo tenemos prohibido y nos lo ha prohibido el ama, bueno.
De nuevo el obrero salió y dijo:
¡No seáis tontos! ¡Venir! Nadie os ve y podéis aprovechar y son muy buenas las migajas de pan, son migajas, ¡pero son de pan! ¡Venir! Y los cachorros dijeron, los perritos:
¡No, no, no, no! lo tenemos prohibido. Después se reñiran y nos pegaran.
¡Que no, que no! Que tozudos sois, sois muy tozudos, ¿por qué no obedecéis? Os lo digo, yo vigilaré y os cuidaré.
Tanto lo dijo tanto lo dijo que bueno los cachorritos se miraron entre ellos y dijeron: no tendríamos que hacerlo, porque siempre hemos obedecido y aceptado lo que nuestra ama nos ha dado o nos ha mandado a hacer, pero no sé porque este obrero insiste tanto.
Y terminaron por ceder. Y los tres perritos entraron y entonces comenzaron a comer las migajas de pan. Y en ese instante la señora de la casa entró, había terminado antes de sus compras y entró, al ver los 3 perros dentro, cogió un palo y empezó a darles, palos, palos, palos, les dio en la espalda, en las patas, les hizo tanto, tanto daño, que se quejaban, con una lástima y una pena y se fueron los tres arrastrando en un huequito que encontraron para poder esperar y curarse. Y lamentándose, por unas migajas de pan.
Mis semillas, tenemos que sacar una lección muy buena.
Que por mucho que nos indiquen, aunque sean los mejores amigos o la gente que nos ama, de hacer cosas que no queramos, no hacerlas. Porque nos desviaremos del camino recto, nos desviaremos de nuestra lealtad, nos desviaremos de nuestras buenas intenciones y eso nos permitirá no cometer errores que después nos arrepentiremos.
Los perritos tomaron una lección tan grande que nunca más lo hicieron, nunca más.
Crecieron, se hicieron grandes, fueron buenos guardianes y aprendieron que tuvieron una recompensa, ya que vino otro amo y, ¡Los amó tanto, tanto! Que desde entonces dormían dentro con él.
¡Así que, no perdáis el camino recto y dar gracias a Dios cada día! Por ver el sol, por amaros.
Con todo mi amor,
La Jardinera