🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
Que seáis muy felices, que se cumplan eso deseos, prepararos porque nosotros ya estamos preparando la gira y sobre todo ¡Va a ser una llegada extraordinaria!
Pero hoy vamos a compartir esas historias que estamos acostumbrados que se llaman mensajes.
Es una palabra que ya habéis oído muchas veces, ACEPTAR.
¿Qué querrá decir?
Lo vamos a comprobar:
Una vez en un pueblo, vivía una familia como siempre hay, claro. Y había un matrimonio que tenía una hija, guapísima. Pero se quedó embarazada y el padre cuando se apercibió, tuvo mucha vergüenza y empezó a decirle a la hija todo lo que pensaba y más. Pero la hija tuvo mucho miedo porque le preguntó:
- ¡¿Quién es el padre?! ¡Dime quien es el padre! ¿¿Quién es el padre??
Y la hija para que no la castigaran o no le pegara su padre dijo:
- Es el profesor.
- ¿El profesor?
- Si.
Solo había un profesor en el pueblo, un erudito, una excelentísima persona y no dijo nada. Salió corriendo el padre de la chica muy enfadado, pero a la hija no le dijo nada. La hija continuó a vivir su vida, el bebé crecía y a los nueve meses nació el bebe. Una vez que nació, el padre de la chica cogió el bebé, se lo arrebató a su hija y fue a ver a este profesor, maestro, erudito y le dijo:
¡Ajá! ¡Aquí le traigo su hijo! ¡Quédeselo!
Entonces el profesor que era un señor mayor, buena persona, cogió el bebé en los brazos y se lo quedó.
Como pudo, fue a comprarse ese porta bebes que se lleva atado en el cuello y en la cintura y se puso su bebé y se lo llevaba por todo. Iba a hacer las compras, iba a pasearse al campo, al huerto, lo llevaba por todo. Pero cuando llovía y en invierno necesitaba leche y en el pueblo, ya sabéis, mis semillas, que hay una mentalidad muy estrecha, hace igual como las manzanas de las grandes ciudades o en los barrios. La mentalidad es estrecha.
Y entonces dijeron:
¿Cómo es posible que el profesor dejara embarazada a una chica?
Entonces se enfadaron mucho con él y nadie le quería ayudar. Pero él fue, lloviendo, con su niño bien tapadito cargándolo y llegaba a cada puerta y decía:
Por favor, solo quiero un poco de leche para el bebé. Solo un poco de leche. No les pido nada, es leche para el bebé.
¡Vete de aquí! Y lo insultaban y como pudo alimentaba al bebé, pero llegó un día donde la madre, la chica joven, tenía remordimientos. ¿Sabéis lo que es la conciencia verdad? ¿Queréis que os haga un dibujito o conocéis la conciencia? ¡Mjmmmm! La conciencia no podemos esconderla. Nos traiciona, nos obliga a hablar y entonces, vino la niña y se fue a ver al profesor, pero antes le dijo a su padre:
- Papá, el profesor no es el padre de mi hijo, es este chico que es mi novio, pero era muy joven y tenía miedo de decírtelo y no podemos vivir así, quiero mi hijo.”
Entonces el padre de la niña, de la chica, se fue corriendo a casa del profesor, se puso de rodillas y le dijo:
-Perdóname por haberte insultado, perdóname por haberte chillado, perdóname por haberte dejado al bebé que no era tuyo y te cargué con una responsabilidad que no tenía el por qué.
El profesor le miró, le sonrió, abrazó al bebé muy fuerte y se lo devolvió y fue corriendo a su casa donde lo estaban esperando su hija y el padre auténtico del niño, verdadero.
Fueron muy felices y, ¿Qué tenemos que sacar como lección?
Ni es tan difícil, ni es tan fácil, simplemente aceptar como hizo ese profesor. Aceptó, no se quejó, era una bendición y después el turno fue a la hija. Que aceptó de decir la verdad y de afrontar para calmar su conciencia.
Si todos hiciécemos como hizo este profesor, seríamos los más felices del mundo, los más felices.
Pero queremos ser individuales y siempre la palabra injustamente tratados por la humanidad, por la sociedad, por los padres, por la gente que nos rodea.
Seamos felices, ¡Que hemos pasado una pandemia muy larga! ¡Seamos felices y empecemos a cantar como si no hubiese pasado nada!
Porque esa ilusión es lo que hace que ese niño viva y que nunca tenga vergüenza de nada ni de nadie, ¡Al contrario! Sentirse orgulloso y afrontar la vida con aceptación.
¡Y soy tan feliz! ¡Porque ya están las fronteras abiertas, mi maleta preparada! Pero no sé qué vestido llevar porque durante dos años no me he comprado nada. ¡Bueno! ¡Quizás voy a mi tienda preferida! ¡Quizás en mi tienda!
Ah a propósito, llevo unos pantalones blancos, ciertas cosas, sí, sí, sí, porque son de muy buena calidad. Así que ya sabéis, prepararos, ahí llego.
Con todo mi amor, vuestra Jardinera.