August 30, 2022

Aceptación

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Hoy vamos a hablar, mis queridas semillas, de un reino que existía en China, ha habido muchísimos. Pero hoy vamos a hablar de un reino muy pequeñito.

Allí vivía una familia, eran agricultores y tenían campos de cebada y otros de arroz.

Un día un padre les dice: hijo, ¿cómo está la cosecha?

Papa, dentro de lo que cabe esta mediana, este año está muy pequeña, no ha crecido lo suficiente.

Y, ¿eso porque hijo?

No podría explicarlo, porque todos los campos están así

El padre le dijo:

Pero, ¿has hecho todo lo necesario?

Sí, he obedecido y lo he hecho.

Y dijo: hijo hay que ir a estirar esa cebada porque no puede ser que sea tan pequeña, déjame ayudarte.

Y el hijo dijo: papá, no te canses, porque lo cuido cada día.

Entonces fue el hijo, se fue a su casa y el padre fue corriendo a los campos de cebada

Cuando los vio dijo ¡huy que pequeños! No puede ser, este año darán muy poca cosecha. Y cogió uno por uno y los fue estirando, estirando los tallos, es decir, la cebada, estirando uno, dos, pero claro, como había muchísimos campos estuvo todo el día hasta que llegó el anochecer.

Al anochecer su hijo estaba muy inquieto, porque no llega papá, porque no llega mi padre.

Y ya cuando salieron todas las estrellas, llega el padre, ¡estaba cansadísimo! Se arrastraba, ya no podía andar, ya no podía, le dolían los pies, la espalda, las manos y le dijo:

Padre, ¿has tenido algún resultado? Dice: sí, hijo, he alargado el cuello de todas las cebadas, ahora ya están altas, han crecido, esta cosecha será buena.

Y dijo el hijo: padre, ¿cómo habéis hecho?

Muy sencillo, uno por uno, estirarlos.

Pero el hijo se quedó un poco incrédulo porque no veía la manera que era de estirar hoja por hoja y tallo por tallo entonces al día siguiente, lo primero que hizo el hijo, se levantó de buena mañana, a penas se había levantado el sol que fue a los campos y que sorpresa fue cuando miró los campos, tenían todas las cabezas agachadas que miraban al suelo.

El hijo se puso a llorar de rabia, ¡de impotencia! porque su padre al estirar las cabezas del tallo, eran tan tiernas que se doblaron, no tenían fuerzas y todas se doblaron, se secaron y no pudo tener cosecha.

Lloró desconsoladamente, no sabía si chillar que decir, era su padre, que hacer, ya estaba terminada su cosecha, sólo le quedaba llorar desconsolado y buscar una solución para poder recompensar la cosecha y no morir de hambre.

Mis semillas amadas, la lección de hoy es: que por mucho que queramos avanzar en ciertos dominios, no nos servirá a nada.

Si queremos ganar el triple, el cuádruple, obtener empresas, por tener más dinero, por ser más conocidos, más famosos, más gente y hacer muchas más cosas, por muy rápido que queramos, nos pasará como le pasó a este agricultor, no llegaremos y nos caeremos.

Por mucho que queráis ir rápido, el tiempo ya está calculado, ni retardamos la noche ni avanzaremos el día, todo está medido y calculado por el Universo, que nos rige y que nos dio la vida.

Así que aceptar para avanzar vuestro trabajo, para estudiar lo máximo, dentro de vuestras posibilidades hacer siempre un esfuerzo porque podéis, pero no paséis más allá.

Ser felices en el día que tengáis libre, puede ser el domingo o en la semana. Aprovechar si es verano y estás en la playa y tenéis unos días, olvidaros de los problemas,

pensar solo en nuevos proyectos, ¿qué podéis hacer para evolucionar?, para avanzar, para ayudar a los otros.

Y si tenéis una herencia no vayáis a dejarla a unos niños caprichosos, mierdosos, hijos de abogados, extranjeros para vosotros. ¿Por qué no hacéis como Marisol? que está juntando medicamentos, que ya ha empezado a dar dinero para abrir un centro de sanidad en Myanmar, Bagan.

¿Por qué no hacéis como ella? Concha de Zaragoza también dijo que cuando tuviera tiempo vendría a ayudar a enseñar a esas chicas para que no hubiera hijos sin padre. Todas las enfermeras, ¡Maribel! También se ofreció, y muchísimas más, también se han ofrecido jóvenes para enseñar a los niños a hablar inglés y a las niñas, lo mínimo, lo mínimo.

Y Marisol ha dicho, voy a abrir dos centros, uno para enseñar la higiene a las niñas jóvenes, lo básico, a curar las heridas, a dar los primeros tratamientos y que no tengan más hijos sin padre y las primeras urgencias y para los niños que no estén en la calle.

¿Por qué hay personas que tienen una fortuna, una herencia y se la van a dar a dos niños que no conoce? Que solo los ha visto poquitas veces en su vida y se los da, que no lo necesitan. Sus padres, el padre es abogado, la madre trabaja y gana muy bien su vida, viven como reyes, tienen dinero más de lo que necesitan, más que gastara en su vida y deja la herencia a esos dos niños. ¿Por qué no ha pensado en darlos a este centro de salud? Que allí se puede dar a todos los niños. ¿Por qué no lo ha dado para una escuela de los niños que están en la calle? y los tienen que violar. ¿Por qué lo ha dado a los niños bereberes?

Tenemos un grupo de niños bereberes que conocemos en varios lugares de áfrica negra, pero conocemos más en marruecos. Los bereberes no son árabes, los bereberes vienen de tierras eslavas y también de Europa, de Polonia, de muchas tierras de Europa, pero no vienen de los árabes. Ellos se defienden, han tenido que adaptarse porque vivían en las montañas.

Y vienen desde el estrecho de Bering que atravesaron, muchos vienen de Rusia, pero no los rusos de hoy, no confundáis, ¡no confundáis! Son de raza blanca, de raza blanca, con ojos azules, con ojos azules, pelo rubio o rojizo, vivían en las montañas del alto Atlas y llegaron también por el mar: Túnez, Argelia, Marruecos.

En Marruecos vivían en las montañas más altas donde estaba la nieve, pero los árabes vieron que eran los más fuertes, como raza, fueron a raptarlos, los cruzaron con las niñas, y las obligaron a casarse y así tener la raza más fuerte, porque ellos soportaban el frío y los árabes de Marruecos no. Y eso los bereberes lo llevan por eso ellos conservan sus tradiciones, habiendo adoptado las costumbres de Marruecos, pero ellos continúan con su inicio de bereberes, ayudan entre ellos.

Los niños de los bereberes se están muriendo porque no tienen medicamentos, cuando los llevan al hospital ya se han muerto y los que llegan al hospital como no tienen dinero les dicen que no los pueden recibir. No pueden comprar ni llevarlos al hospital porque son bereberes.

Cuando van a la escuela, van a la primaria, y una vez que han hecho la primaria, si los padres no pueden pagar las escuelas, porque allí las pagan, las escuelas nacionales son de pago, como antiguamente en España, entonces se llevan. Pero después de la primaria si no pagan los echan fuera, a los 11 años tienen que trabajar.

Hoy en día, hace ya muchos años, y os voy a explicar: hay un padre de 4 hijas, el tiene 41 años, y me ha dicho:

No puedo trabajar desde la pandemia, no trabajo, voy haciendo trabajos de lo que me van pidiendo y doy gracias a Dios porque puedo alimentar a mis hijas, pero las he sacado de la escuela porque no puedo pagar la escuela, mis hijas no comprenden el porqué, pero yo sé que mis hijas tienen que estudiar porque si no estudian mañana serán al servicio de la calle y de los hombres. Es lo que pasa aquí, es lo que les espera a las mujeres, nosotros los bereberes hemos protegido siempre a la mujer, los árabes no.

Y también quiero añadir que mi madre tiene diabetes, está en terminal, se está muriendo, tiene los pulmones muy mal, tiene el hígado ya muy afectado, el páncreas y los riñones no le funcionan y se ha quedado ciega. Le pongo la insulina cada día, le doy las pastillas para el dolor, y la morfina y estoy esperando cuando sea su hora, irá con Dios.

He aceptado porque así es la voluntad de Dios, pero es el regalo más grande que me ha hecho Dios y el más sagrado para mí, por eso he dejado a mis hijas y a mi mujer para venir a un pueblo a 200km, donde vivía mi madre sola, y la estoy cuidando para que en los últimos días de su vida pueda tener el viaje feliz, en paz, y se vaya con una sonrisa, y sepa que no está sola y que sus hijos la aman. Allí estoy.

No es una historia, es una realidad.

Por eso me duele mucho que una persona le ha dado su herencia a dos niños que son como todos los niños: insoportables, berrinchudos, caprichosos, muy caprichosos, tienen dinero más de lo que gastaran y por un poquito, una limosna de afección, se lo ha dado, la herencia.

Eso no lo acepto, mejor dicho: acepto porque no es mío, perdono porque no es mío, pero no lo olvidaré, esa persona no tiene lugar aquí, no tiene lugar aquí en la Enseñanza.

Transmitirá la Enseñanza, dará cursos, pero no tiene lugar aquí en la Rosa de Pyrénées, porque hay otros niños que lo necesitan y que se están muriendo por falta de medicamentos, aviso a todos aquellos que podáis ayudar que está el puente entre los mundos, no es para mí, es para esos niños de Myanmar, Birmania, antigua Birmania y para los Bereberes, no digo árabes, no digo árabes, Bereberes.

Con todo mi amor,

Vuestra Jardinera

Y recordar que, por mucho correr, no llegaréis a la hora, siempre puede haber una pequeña piedrecita que os haga caer. Salir antes y llegaréis a la hora. ¡Sonreír! ¡Seis felices! Y que la suerte os acompañe.

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