Recompensa en la paciencia

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Mis queridas semillas,

Esta historia tiene doble sentido, y hay que analizarla muy bien para sacar una buena lección y un buen partido.

Un profesor de espiritualidad cántica, lo habían invitado en California a dar una conferencia, y él aceptó. En la sala donde iba a dar la conferencia, empezó a llenarse de gente, a llegar a llegar, a llegar y estaba completamente llena. La cita era a las 10 de la mañana, entonces llega su ayudante, subió al estadio, al podio y dijo:

Vengo a anunciarles que el maestro ahora se está levantando de la cama, se ha despertado ahora en este momento, así que tengan paciencia que ya vendrá. La gente se miró, no dijo nada, y un cuarto de la sala se levantó y se fue.

Después estuvieron esperando, esperando, se miraban los unos a los otros y estaban diciendo:

Bueno, esperaremos a ver si sale

Y a las 12 del mediodía sale su ayudante y les dijo:

Tienen que esperar porque ahora es el momento del café y se tiene que vestir.

La gente desesperada ¡Jo, no puede ser! Bueno pues nos vamos, la mitad de la sala empezó a salir, la otra mitad se quedó:

“Es que es muy importante la conferencia que nos va a dar”, Y empezaron a esperar y a esperar. Y llegaron las tres de la tarde, y a las tres de la tarde llega el ayudante y dice:

Tendrán que esperar que el maestro termine de responder las preguntas de un alumno que viene de llegar. Entonces se levantaron casi todos los de la sala, rabiosos, enfadados y se fueron.

A las 6 de la tarde, se presentó el profesor, ¡alcoholizado completamente! al verlo llegar dijeron: no, esto es demasiado, ¡nos vamos! Se levantaron y en la sala solo se quedaron 6 personas, ¡6 personas! Y en ese momento el maestro se puso bien la chaqueta, se abrochó sus botones, estiro la camisa, su corbata y empezó a andar normalmente bien, cogió el micrófono y dijo:

¡Muy buenas tardes! ¡Mis queridos alumnos! Bienvenidos a esta conferencia, son 6 pero son los mejores.

Aquellos que se han quedado para escuchar esta conferencia son valientes, tienen carácter y han venido a aprender y a estudiar, ellos mañana serán profesores. Y lo primero que hay que tener en esta vida es aceptar la decepción, ¡aceptar la decepción! Porque eso os ayudará a ser fuertes, a tener paciencia, a esperar y triunfar.

Mis queridas semillas, cuántas veces hemos asistido a un concierto, a una reunión, los artistas llegan tarde, pero esperamos porque nos gusta, pero si es una reunión, nos enfadamos y nos vamos.

¿A qué vamos? ¿A escuchar palabras bonitas que nos gustan?, ¿o a aprender?

Hay que pensar siempre que cuando hay un obstáculo, siempre es por una razón, y por un aprendizaje mejor.

Así que mis semillas, ir a las conferencias y esperar hasta última hora, seréis recompensados.

Con todo mi amor,

Vuestra Jardinera