🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Una vez un mercader iba de ciudad en ciudad vendiendo sus pertenencias, y tenía muchísimas cosas, igualmente podía vender perfumes, algunas joyas, podía vender también carbón, maderas, tenía utensilios de casa, y siempre iba con su burrito, siempre, siempre, con su asno. Estaba tan orgulloso de él porque era su amigo, y hacían kilómetros y kilómetros.
Y decía hoy nos vamos a parar en esta ciudad, seguro que vendemos todo, pero te daré una buena cena, será tu recompensa, ¡mi burrito! Entonces cuando llegaban a la ciudad iba a la plaza y vendía, entonces había tenido una buena venta, estaba tan contento el amo que dice: Ves burrito ¡hoy vas a cenar bien!
¡Entonces lo llevaba a un campo donde estaba lleno de trigo! Pero antes le ponía una piel de león, llevaba siempre una piel de león y lo disfrazaba, se la ponía encima, de la cabeza, del cuerpo, lo ataba y parecía que en el campo había un león.
Las personas que tenían el campo y los campesinos miraban y decían, ¡huy! hay un león, no nos acerquemos, dejarlo hasta que se vaya, entonces el burrito, comía, comía, se satisfacía, y era tan feliz. Cuando terminaba iba su amo y decía: ¡has comido bien eh mi amigo!
Entonces le ponía su lecho de paja y dormía como un rey, al dia siguiente iban a otra ciudad y el mercader siempre miraba que hubiese buenos campos de alfalfa o bien de arroz, depende donde iban, entonces también lo hizo igualmente, vendió la mercancía y dijo:
Mira hoy ha ido regular, pero tú vas a comer bien, mi amigo, y lo llevó a la alfalfa, comió y se puso ¡tan feliz! Durmió como un rey y al día siguiente se fueron a otra ciudad.
Al llegar a esta ciudad, ya vio que había un campo de arroz y dijo: hoy si que vas a tener un reglazo porque va a ser un néctar para ti, entonces vendió y cuando terminó hizo lo mismo que había hecho siempre, llevar la piel de león, disfrazó a su burrito de león y lo llevó al campo de trigo, pero había un campesino, que sin querer vio cómo le ponía la piel y como estaba haciendo para que ese burrito se transformara en león.
Empezó a comer arroz, y comió y comió, pero el campesino dijo:
No puede ser, no puede ser, yo voy a llamar ayuda, a todos los que conozco, y fue a otros pueblos, a otros lugares y dijo venir corriendo porque se están comiendo mi arroz, ¿que hicieron los otros campesinos? Se fueron a ayudarle, al llegar allí les dijo, no tener miedo, no es un león, es solo la piel, empezaron a pegarle con palos, con utensilios, con todo lo que tenían, le pegaron tanto que lo dejaron casi muerto, allí tirado en el suelo y cuando fue el amo a buscarlo, porque no venía el burrito, lo encontró y dijo: ¡amigo! ¡Amigo despierta! ¿Tanto has comido? Pero vio que estaba muriéndose.
Y le dijo: ¡no puede ser! ¿¡Qué te ha pasado amigo mío!?
Lo que le hemos hecho a tu burrito, te lo tendríamos que hacer a ti, pero tenemos piedad de ti porque tienes que trabajar, pero ahora lo harás solo.
Entonces el mercader vio a su burrito con una tristeza tan grande que se puso a llorar y dijo: Amigo mío, Amigo fiel, ¡te he perdido para siempre! Y eso sacaré como lección, que la avaricia no sirve de nada, pero aún menos el traje que te puse, si no eras un león, porque quise ponerte lo que no eras, de nada sirve vestirte de león si eras un simple burrito, pero eras mi amigo fiel y hoy estoy solo.
Cuanto me arrepiento, cuanto me arrepiento, y así termina esta historia que muchas veces no nos damos cuenta que el hábito no hace el monje, que aunque hayamos nacido o seamos de una familia de prestigio, no nos cambia nuestra personalidad, ni nuestro carácter, ni nuestras acciones, por mucho que seáis ricos, mirar bien vuestro corazón, es allí donde tenis la riqueza, no en el vestido, ni el hábito, ni la piel de león, si no en vuestros sentimientos, en vuestras acciones, los celos os matarán, las envidias eliminaran la luz que ilumina vuestra alma, la apagará.
Pensar muchas veces en este burrito, que no fue su culpa, fue el amor de su amo que quiso manipular y engañar, si hubiera hablado con la verdad, hoy su burrito sería su amigo fiel, pero al no hablar con la verdad hoy está solo, y andará solo.
Con todo mi amor,
La Jardinera
Mis semillas, vosotros sois y venís del Universo, y ¡sois estrellas! No tenéis nada que ver con ese mercader, ni tampoco con el burrito, hermoso, bueno y lindo, pero tenéis que estar vigilantes de que la manipulación, la mentira, los celos y la envidia os llevarán al mercader. Pero si habláis con la verdad y decís lo que pensáis, brillaréis porque la luz que lleváis dentro crecerá.
No solamente os servirá que seáis leo, o maestra o maestro, o que sepáis muchas cosas, de nada os servirá porque siempre seréis la misma persona, solamente vuestro corazón hablará, no perdáis el tiempo, ser vosotros mismos.
Y siempre,
¡Con todo su amor vuestra servidora!
¡Qu os espera en Turquía! ¡en Turquía!
Allí estaremos.