🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
Había una vez una señora muy mayor, era una viejecita, muy mayor, muy mayor, que se murió y cuando se murió se fue directamente al infierno. Y al irse al infierno, claro, ella no quería ir, y entonces estaba mirando todo lo que había en el infierno y se estaba peleando para no llegar, y no quería, y no quería, pero estaba, y llegó al infierno.
Y ya sabéis ustedes, mis queridas semillas, que tenemos un Ángel de la Guarda y su Ángel de la Guarda dijo:
Yo quiero ayudarla, ¡yo quiero ayudarla! Voy a ver a Dios, voy a verlo y le voy a hablar.
Entonces se presentó delante de Dios y le dijo:
Misericordioso Dios, te voy a pedir que hagas un favor, esta mujer que ya se ha ido, que ya está muerta y está en el infierno, hizo una obra caritativa, hizo una bondad, ayúdale, dale una oportunidad, te lo pido, te lo suplico, soy su Ángel de la Guarda.
Dios lo miró y le dijo:
Está bien, ya que lo pides, se le va a dar. ¿Dónde está ahora?
Está en el infierno.
Bueno muy bien, pero me tienes que decir que obra caritativa ha hecho en la tierra antes de morir, porque sé que ha sido egoísta, despistada, no se cuidaba de los otros, pensaba más en ella, no le importaban ni las flores, se morían los arbolitos, las flores las dejaba secas, no le importaba nada, al pasaje, si algo estaba caído lo dejaba, nada le importaba.
Dice, pero Dios, ¡soy su Ángel de la Guarda y quiero que le des una oportunidad!
Bien, te repito de nuevo:
Dime la obra de bondad que hizo en su vida, me has dicho que solamente hizo una.
Si, por favor, una vez había una persona que tenía mucha hambre, mucha hambre y estaba en la miseria y le pidió que la ayudara y ella que estaba arrancando las cebollas, le dio una cebolla y entonces aquel hombre cogió la cebolla y se la comió y le ayudó.
¡Muy bien! ¡Muy bien! Me parece que hizo una buena obra, una buena obra de caridad. Bien, pues mira, voy a darte una cebolla y se la vas a dar, si esa señora quiere, cogerá la cebolla y entonces estiraré fuerte y la sacaré del infierno, pero tienes que dársela tu:
¡Sí, sí! Le dijo: ¡sí!
Dios le dio una cebolla y llegó al infierno
Pero el Ángel de la Guarda le hablo y le dijo: Anciana mujer, tienes una oportunidad de salir del infierno,
¡La quiero, la quiero, la quiero!
Dice, toma te doy esta cebolla, que un día hiciste este gesto de bondad, y entonces le tiró la cebolla.
Y La anciana cogió la cebolla, la cogió tan fuerte, que entonces el Ángel de la Guarda empezó a tirar y ya estaba la anciana saliendo, saliendo, pero no pensó que, al tirar, pues todas las almas se agarraron de ella, y eso no lo pensó y todas las almas se agarraron de ella y empezaron a tirar, a tirar, a tirar. Y tan fuerte tiraron que la cebolla se cortó en dos y esa mitad se cayó de nuevo al infierno, ella y todas esas almas que estaban en el infierno, todas se cayeron de nuevo en el infierno.
Entonces el Ángel de la Guarda dijo: no puede ser, he intentado, he intentado sacarla de allí, he hecho todo lo que he podido, y oyó una voz que le dijo:
Mis amigos, tenemos que tirar siempre una lección y la lección es que aun pensamos demasiado en nosotros, que no nos acordamos, que preferimos tirar los restos de comida antes de pensar si alguien los necesita en la calle, que no nos acordamos de la ropa que tenemos de más, que no pensamos en las plantas que nos dan la vida y la alegría, esas flores hermosas que nos dan con su aroma, su perfume y su esencia.
Que poco cuesta dar una sonrisa y cuánto vale esa caricia hacia todos los que tenemos alrededor y los que viven lejos, una palabra, un chat, un simple: ¿cómo estás? He pensado en ti. Te mando una sonrisa, que tu corazón esté siempre lleno de alegría y de amor, para ti y para compartir.
Con todo mi amor,
Vuestra Jardinera.