Agradecer cada día

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Mis queridas semillas,

Compartimos algo muy bonito hoy, que me gustaría que todos retuvieramos y aplicasemos porque es muy linda.

Hablaban que había un hombre que era muy feliz, ¡era muy feliz! Y toda la gente se preguntaba porque tenía esa felicidad y todo el mundo, todo el mundo quería verlo. Lo iba a ver, y bajaba con la sonrisa.

Tanto era feliz que llego a los oídos de un político, del hombre más rico del mundo y de un señor intelectual que conocía todo, que había leído todo y solamente se dedicaba a la cultura, pero a nada más.

Entonces los tres dijeron:

¿Por qué no vamos a ver a este señor? Dicen que es feliz, podría explicarnos su secreto, nosotros que tenemos tantos problemas, nos daría la solución y seríamos también felices”

Y llegaron, le saludaron, pero ya cuando lo vieron, observaron que había un resplandor alrededor de él, había una luz particular, el sonría y los miraba pero había una serenidad, una paz, una tranquilidad y ellos se miraron y dijeron:

¿Habéis sentido lo que sentimos?

¡Si! Paz, tranquilidad, serenidad

El político fue el primero que dijo:

Venimos a hacerle una pregunta, nos gustaría saber cual es el secreto de su felicidad ¿Tiene un poder sobrenatural sobre los hombres?

Entonces el hombre lo miró y con la cabeza dijo: No. Dice: pero ¿cómo es que los atrae?

Dice: solamente el poder que tengo es de conocerme a mí mismo y de aceptar y obedecer.

El segundo hombre fue el hombre rico, y le dijo:

Yo también tengo una pregunta que hacerle: ¿es usted millonario? ¿Es usted rico? ¿Tiene mucho dinero? ¿Se interesa en todo lo material? Porque esa es mi meta y es lo que yo hago pero no soy feliz.

El buen hombre lo miró y de nuevo sonrió y con la cabeza le dijo, no, toda mi riqueza la tengo puesta, solo tengo este traje y lo llevo sobre mis espaldas, esta es mi riqueza.

El hombre rico se levantó, muy decepcionado, y se fue al lado del primero, el político, el tercer hombre, era el que más sabía y le dijo: ¿podría decirme usted el secreto de la sabiduría, el secreto del conocimiento, el secreto del erudito?

Y el hombre le dijo:

El único secreto que yo sé es mi experiencia y todo lo que sé es mi experiencia, lo que he vivido, lo que he pasado, lo que he conocido y lo que la vida me ha dado es la experiencia.

Los tres hombres se miraron y dijeron, que decepción y se fueron.

Entonces el hombre los llamó y les dijo:

El día que queráis ser feliz, solamente tenéis que hacer como nosotros, o como yo, ¿verdad que habéis venido a preguntarme mi felicidad? solamente hay un secreto, la vida, ¡estoy vivo! ¡Estoy vivo! Por eso soy feliz y agradezco cada día al Universo porque estoy vivo, ¡¿qué más puedo pedir?!

Y ese es el resumen de la historia de hoy:

Estamos vivos, ¿qué podemos desear más? ¿qué podemos pedir más? Si estamos vivos es porque lo tenemos todo, más allá de lo que deseamos son nuestras propias ambiciones, nuestros propios deseos y nuestros propios problemas porque cada vez que no podemos alcanzar algo, es un problema que nos causamos a nosotros mismos, mientras que si aceptamos que estamos vivos, el Universo se encarga de darnos cada día lo que necesitamos y no lo que deseamos.

Con todo mi amor,

La Jardinera