🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
Es muy interesante la historia que comparto con vosotros y vais a rer mucho, en un momento de nuestra vida nos ha pasado.
Una vez había un hombre que estaba pidiendo limosna, ponía la mano y la gente pasaba, le daba una moneda, le daba un euro, a veces un dólar, otras veces nada, y siempre se estaba quejando, ¡qué triste es la vida! ¡Necesito dinero! ¡Huy!
Pero un día pasó un amigo suyo, este amigo, hacía muchos años que no se veían. Y el amigo se acercó y dijo: ¡hola! ¡Huy! ¡No te había reconocido!
¡Aquí estoy, pidiendo limosna!
Pero, ¿qué te ha pasado?
Pues mira, se acabó el trabajo y aquí estoy.
Pero, ¿cómo estás?
Pues ya ves, cuando me dan dinero, otras veces no me dan nada, ¿y tú? Le dijo el mendigo a su amigo.
Me ha ido bien, continuó trabajando, tengo a la familia y he venido a dar una vuelta al pueblo a ver a la gente que quiero, como a ti.
Sí, pero mira que tristeza, no tengo nada, no tengo dinero, no tengo casa, no tengo máquina, coche, nada, y el amigo miro al lado y vio un ladrillo, un ladrillo es... lo vas a comprender. El amigo puso su dedo en el ladrillo ¡y se convirtió en un lingote de oro! ¡Un lingote de 20 kilos de oro!
Y el mendigo lo miró y dijo, ¡huy! Es oro.
Si, le dijo, amigo mío, con esto tienes suficiente para comprarte una casa, para poder vivir y ser feliz.
Y el mendigo se puso triste y dijo: ¡pero no tengo suficiente! Es poca cosa, tú no sabes lo que es la vida, mañana quizás necesito más.
El amigo lo contempló y dijo: bueno
Cogió una piedra, grande, grande, puso su dedo y se convirtió en oro, y de nuevo le dijo, ahora con este oro, no solamente puedes comprarte la casa, puedes comprarte una casa en la playa, tener un barco, tener gente que te cuide, tener un avión, ¡todo lo que quieras! ¡Y ser feliz!
Y el mendigo le dijo a su amigo: ¿tú crees? Es que no se sabe si más tarde necesitaré más porque con la casa, la casa en el mar, la máquina, el coche, tener trajes, zapatos.
Bueno, le dijo el amigo, dime lo que quieres porque ahora ya no te puedes quejar eres millonario y le contestó:
Quiero tu dedo.
¡Ah! ¡Quieres mi dedo! ¿Solo eso quieres?
Dice si, solo tu dedo.
Entonces el amigo, se dio media vuelta y se fue, empezó a cantar y se fue a celebrar una gran fiesta, el mendigo se quedó allí y aún se está lamentando,
Mis semillas, ¿sabéis lo que pensó el amigo? Que hay gente insensible, hay gente que le das y quiere más, hay gente que tiene y aún quiere más, hay gente que le aplauden y quiere más aplausos y quiere más que lo admiren y tener títulos, o tener más cosas.
¿Para qué? Si podemos ser felices con lo que hacemos, no con lo que tenemos, hay millonarios que no son felices porque no saben qué hacer con lo que tienen y hay otras personas ¡que son felices! Y tienen todo porque han sabido de muchas tiendas sacar riqueza, y sacar felicidad, y compartirla con otros, esa es la verdadera riqueza y esa es la verdadera lección. Seamos felices de utilizar lo que tenemos y no lo que queremos.
Con todo mi amor,
La Jardinera.