🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas.
En un lugar muy precioso y simpatiquísimo vivía un ratoncillo, este ratón, por la primera vez de su vida salió de su casa, o ratonera, como se quiera llamar. Su madre lo miró y él salió como ya un grande y valiente, pero era la primera vez que salía. Y al salir, para él todo era nuevo, todo era sorpresa, miraba, y decía:
“¡huy! que grande es el mundo”, “¡huy! que grande es todo”, pero de pronto dijo: “¡Ah! ¡Huy! ¿Qué será? Esa cosa ¡Tan fea! ¡Huy! ¡Es horrible! ¡Horrible!”
Y estaba molesto porque se acercaba hacia él, y a él no le gustaba, y de pronto miró al lado y vio a alguien maravilloso, alguien dulce, tierno, con una mirada muy tranquila, muy suave y una gran sonrisa. “¡Hay!” dijo, “cómo me gustaría conocerlo”.
Pero de pronto, se tuvo que ir corriendo y entró a la madriguera, es decir, a su casa. Al entrar le dijo:
“¡mamá, mamá, mamá! ¡corre! ¡Ven! ¡Ven! ¡Ven! Tengo que explicarte algo:”
“He visto, no sé lo que eran, dos seres muy extraños, había uno muy grande ¡y parecía un monstruo! Y, ¿sabes una cosa? Llevaba dos trozos de carne roja, una encima de la cabeza y otra debajo de la boca. En el cuello, dos trozos de carne, pero ¡era viva! era carne fresca, ¡carne viva!”
Dice,
“Y tenía una boca puntiaguda y sólo venía y me perseguía y me perseguía, yo tenía tanto miedo que no me atreví a mirarlo. Y al lado, vi un ser maravilloso tenía un pelo espeso, suave, precioso y una mirada dulce y profunda y su sonrisa era de maravilla, era tan hermoso ese ser que venía hacia mí y quería hablarme y me sonreía. Y yo quería también acercarme a él porque yo sabía que era muy bueno, ¡entonces vino ese monstruo corriendo y empezó a acercarse y hacia cómo si quería comerme! tuve miedo mami, tuve mucho miedo y le salió un ruido de su boca puntiaguda, ¡un ruido! que me dio hasta susto y entonces finalmente me echó de ese lugar, y me metí dentro.
¡Oh, he perdido la ocasión de poder estar con ese ser tan maravilloso, esa mirada tan dulce, ya no podré verlo más!”
Y su madre le dijo:
“Hijo voy a explicarte, el monstruo que has visto, se llama gallo, era un gallo, con la cresta que tú has visto, roja, y ese gallo te ha salvado la vida porque un gallo nunca hace daño a nadie y él quería protegerte por eso le surgían esos ruidos, y era para protegerte y que no se acercara, porque el otro personaje que había al lado, dulce, y la mirada tan hermosa se llama gato.”
“Es un gato y los gatos nos persiguen a los ratones y enseguida te hubiera comido era la intención de comerte por eso el gallo te salvó la vida. No te acerques nunca a un gato, el gato come a los ratones y te comerá a ti.”
“Hijo voy a decirte algo, nunca juzgues a la otros sin saber quién son y sin conocerlos. Ni el gallo era un monstruo, ni el gato era ese ser maravilloso con mirada dulce y su sonrisa.
La próxima vez observarás y tirarás la lección, nunca juzgues, porque aquel que no te gustaba hoy te ha salvado la vida.”
Es una lección para todos nosotros que a menudo tenemos tendencia a mirar cómo van vestidos, como andan, como sonríen, cómo se sientan o simplemente el físico, si no tiene la talla de un modelo, de un maniquí, si no es estándar o al contrario si están muy esqueléticos o a veces pensamos que las personas que nos sonríen y son amables y dulces, pero pueden ser ese gato.
Y las que hablan con la verdad y pensamos que son crueles y maltratan porque hablan con la verdad, o simplemente porque cogen un bambú y muestran cómo hay que coger las aceitunas, entonces piensan:
¡huy qué monstruo! ¡Huy que maldad! ¡Huy cuánto daño me va a hacer! No, esas son las buenas personas porque te avisan del peligro y te hablan con la verdad y te protegen. Cuidado con las que nunca hablan con la franqueza, cuidado, así que nos vamos a quedar con la lección del ratoncillo, tan simpática, que la próxima vez ya tendrá cuidado cuando vea un gato y será amigo del gallo.
Con todo mi amor La Jardinera
Estoy muy feliz porque hoy he preparado un cestito y un sombrero y se lo he regalado a una persona ¡preciosa! Que estoy segura que le gustara y que lo guardará para cuando tenga su casa o su casita. Así que soy feliz, y feliz por ¡todas mis semillas! por esos regalos, por esos proyectos que se realizarán.
Con todo mi amor,
Vuestra Jardinera.