🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Este mensaje es sobre la confianza.
Dos amigos cogieron las mochilas, tomaron las mochilas, y se fueron a la montaña y dijeron: “-mira vamos a ir a escalar el kinabalu, o bugarach, y vamos a pasar allí el día. - Muy bien.”
Se fueron con sus mochilas, llevaban agua, fruta, unas galletitas de proteína, y fueron andando, eran felices porque explicaban, comentaban todo lo que habían hecho. Estaban ligeros, felices, pero cuando llegaron se habían comido la fruta, y habían bebido agua, les quedaba muy poquita.
Se sentaron y dijeron, “¡huy! qué hambre tenemos, pero estamos muy lejos del pueblo y el más cercano es lejísimos, no podremos ir. - Pero que casualidad que en esa montaña también había un camino y pasaban los agricultores y habían dejado una carreta con una caja llena de latas de conserva. Esas latas de conserva llevaban comida. Y dijeron: “- ¡Qué suerte tenemos! ¡Ya tenemos comida! ¡Vamos a abrirla- “!Y al tomar una lata, intentaron abrirla, pero no llevaban nada, ni cuchillo, ni abrelatas no llevaban nada y dijeron: - “cómo hacemos, no podemos abrirla, ¡y tenemos hambre! -“
Agua podemos resistir, pero comer no: uno de los amigos le dijo: “oye sabes que, ves al pueblo más cercano y que te presten un abrelatas o un cuchillo, vienes, y comeremos, podemos pasar aquí la noche-, y dice: de acuerdo.”
Y ese amigo se fue, se fue a buscar su abrelatas. El que se quedó estuvo esperando, esperando, se tomó el resto de agua que tenía y tenía un hambre que se moría, ya no podía aguantar más, y pensaba:
“- ¿cómo puedo hacer?, tengo hambre, mi amigo aun no viene, no puedo abrir esta lata, no puedo abrir ninguna, ¿qu podría hacer?”
Cogió una piedra, pico, pero no había manera, y dijo bueno lo último que me queda es coger otra piedra grande, la tiro con mucha fuerza, pero si se revienta la lata entonces desperdiciaré toda la comida, pero prefiero cogerla del suelo que morirme de hambre, y así fue. Cogió una piedra muy grande y fue a tirarla a la lata, para poder sacarle lo que tuviese para comer.
Pero en ese momento oyó una voz que dijo: ¡Alto allí! ¡Párate!
Él se paró y miró, y vio que era su amigo y le dijo, pero ¿qué haces aquí?
¡Aja! ¿Qué pensabas? ¿Qué me iba a ir y tú comerte toda la lata? ¿Y todas las conservas? ¡No! Me escondí detrás de este árbol y estaba esperando para ver si era verdad que tú abrirías la lata y te la comerías solo o si me esperarías.
Y el amigo que ya no podía más, allí se cayó, se desmayó, y se murió por falta de alimento y de agua, ya no tenía más, el otro amigo dijo, y ahora qué hago yo, no puedo abrir.
Pero ¿qué tenemos que sacar como lección de este mensaje?
A veces tenéis suerte y el amigo responde bien y otras veces os traiciona, pero porque un amigo os traicione no quiere decir que todos lo hagan, así que la confianza hay que tenerla en la vida.
Y si tenéis suerte, continuar, si no, ese amigo no era un amigo, es una historia un poquito triste, pero quiere decir que en la vida siempre tenemos que confiar en la gente, sea mala, sea buena, pero hasta un cierto punto.
Cuando nos demos cuenta, sepamos también a que corresponde la auténtica confianza. Cuando una persona no se fía de nadie es porque esa persona no se ama, no se quiere, si al contrario es demasiado abierta se reirán de ella, entonces también la tomarán por tonta o por tonto, pero un justo medio.
La confianza, y vale más pasar de prudencia que a veces sabelotodo, ¡huy! Esas personitas que lo saben todo y que se creen que ya han llegado. Cuidado, a los auténticos maestros es la gente que los reconoce. Cuando una persona es erudita, son los otros los que descubren que sabéis y que sois alguien.
Siempre tiene que ser el exterior que venga y os los diga, nunca vosotros, pero nunca bajéis la autoestima, siempre consideraos que sois y venís de la Luz. Que estáis en la Luz, que tenéis un poder infinito que es el Chakra 6, aunque no lo utilicéis, pero lo tenéis, que sabéis que podría hacer milagros, aunque no lo creáis, pero podéis hacer milagros. Que, si tuvieras amor en el corazón en vez de celos, envidia, rabia podríais hacer milagros podríais hacer milagros. Y lo que hoy os pierde son los celos y las envidias que tenéis, los unos de los otros
No los tengáis porque siempre hay una Ley Divina, y esa Ley Divina siempre pone a la gente en su sitio y las cosas donde deben de estar y la recompensa siempre la tendréis, ¡siempre! Muchas veces encontramos que la vida es injusta, pero es porque vemos lo que queremos ver, egoístamente para nosotros. Pero la vida no es injusta porque nos da siempre lo que nos merecemos, en bien o lo que debemos aprender en dolor siempre, pero nos lo da.
A veces mucha gente no cree, pero a veces el hijo te cierra la puerta de su casa, y cuantas veces uno piensa en ello y cuántas veces el padre se va de casa y abandona. No hablo por los que están aquí, hablo por el padre de Marilú que se fue, y también la abandonó, pero eso no impidió de ser una maestra y de estar aquí hoy en el camino de la Luz, y de la rectitud, es así. Y otros que tienen padres y que valdrían mejor que no los tuvieran, o hijos, por eso cuando se nace en sufrimiento la vida es dolor, el sacrificio, es el pan de cada día.
Pero hemos venido para ser felices, si lo comprendieras esto, saltaríais de alegría.
Y con esta felicidad y el corazón alegre y ligero vamos a continuar lo que se llama el sacrificio, la cena, los invitados, el grupo, etc. etc. para no olvidar que hemos venido para reír, para divertirnos y para ser súper, súper, súper, súper.
No os perdáis, por qué es muy fácil perderse cuando nos damos la vuelta ya no encontramos el camino, el camino solo hay uno, el camino de la Luz.
Con todo mi amor,
La Jardinera.