June 08, 2023

Con sacrificio hay recompensa

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Hoy vamos a compartir una historia muy interesante que hay que aplicarla. Cuando verdaderamente queremos algo, para lograrlo hay dos caminos, el del amor y el del dolor.

Érase una vez un joven que quería ser doctor, y dijo:

  • Me gusta la medicina, pero no quiero trabajar ni estudiar mucho, quiero ser doctor porque me cansa tener que estudiar.

Entonces fue a la facultad y encontró el jefe del doctorado y le dijo:

Quiero estudiar medicina

Muy bien joven, me hace mucho placer, la medicina es algo tan grande, tan grande, que es estar con la humanidad. Aquí hay un doctor y este médico va a hacer las visitas y a consultar sus enfermos, ve con él.

Y el doctor amable, muy correcto, le dijo:

  • estoy muy feliz que quieras estudiar medicina, ven conmigo, tú miras, escuchas, aprendes, vamos a ver al primer enfermo

Llegaron a una casa y había un joven que estaba en la cama con un dolor, un dolor, un dolor, y dijo:

  • doctor estoy muy enfermo, muy enfermo, muy enfermo. Tengo un dolor terrible, no me puedo levantar, no puedo comer nada, ¡huy!, estoy muy mal, muy mal.

Su madre compungida decía: - doctor, salve a mi hijo, estaba bien ayer y hoy de pronto se ha puesto enfermo, le duele muchísimo aquí, justo aquí donde está el hígado, ¡todo esto le duele!, el doctor lo miró y le dijo:

  • bueno, vamos a ver, no te preocupes, quédate hoy en la cama, mañana se te pasará y estarás bueno y podrás levantarte, el chico dijo: pero es que me duele mucho

No te preocupes, mañana estarás ya sanado y podrás levantarte, y la madre le dijo:

- pero doctor, ¿no le manda nada? ¿Ni medicamentos, ni nada?

  • Tranquila, esta noche sanará y mañana estará muy bien. No se preocupe.

Efectivamente cuando salió el doctor con el alumno, el alumno intrigado le dijo: - doctor, ni siquiera usted lo ha escuchado, ni siquiera le ha hecho preguntas, ni le ha hecho nada, ¿cómo ha sabido que estaba enfermo y que va a curarse mañana?

Entonces el doctor le dijo: - lo primero cuando entres a la habitación de un enfermo: observa. ¿Has visto lo que había debajo de la cama, apenas?

  • No
  • Pues había un recipiente lleno, lleno, lleno de huesos de cerezas, entonces comprendí muy bien que tenía un empacho de cerezas y que el joven no podía porque le estaba dando retorcijones y un dolor muy grande.

¡Qué sabio es usted doctor!, ¡qué sabio es usted! Yo quiero ser doctor. Pues bueno, continúa estudiando y tienes que ir con tus compañeros.

Este joven encontró que era muy fácil ser doctor y dijo: - mañana voy yo de consulta, ¿para qué necesito un doctor? Si ya he aprendido, ya sé lo que hay que hacer.

Entonces al día siguiente se levantó el alumno, cogió su maletín y fue a ver uno de los pacientes, lo primero que hizo, lo miró, y era un señor mayor, estaba enfermo, una cara muy pálida, lo miró, y cogió y levantó la colcha y miró debajo de la cama y vio que solamente había una pantufla, bueno, una zapatilla de esas de estar por casa, de estas chanclas, solo una, entonces lo miró y dijo: - no se preocupe mañana estará curado, dice: - pero doctor si me siento morir.

  • no, no, no, no, usted tranquilo, la próxima vez no coma tantas chanclas, ni tantas zapatillas y verá que mañana estará curado.

El joven se fue y al día siguiente el enfermo cayó más enfermo y lo tuvieron que llevar a urgencias, tenía una pancreatitis, estaba muy enfermo y muy delicado, pero él hizo igual que el doctor, observó.

La moraleja de esta historia que tenemos que sacar es muy sencilla, si deseamos algo, tenemos que trabajar, nada nos lo dan hecho y si queremos obtener un título, tenemos que sudar, trabajar y ganárnoslo, si no estudiamos, trabajamos, no podremos tener nada de lo que nosotros quisiéramos tener sin trabajar, sin sacrificio y sin hacer nada.

Me ha gustado mucho esta historia, porque los jóvenes cuando van a estudiar, muchos creen que es más fácil de lo que en realidad es, otros piensan que ya lo saben todo y otros les viene cuesta arriba y tiene que ser siempre con sacrificio, si hay un sacrificio, hay una recompensa, todos aquellos que se quejan: “No paro, no paro, siempre estoy andando, moviéndome, es que estoy injustamente tratado”, que piense un poquito en este joven que quería ser doctor y que le dio la misma receta que su doctor:

No coma zapatillas, chanclas, pantuflas que mañana estará curado, no, si no se hace el trabajo, no tenemos resultado, ni mérito, es sencillo, pero no hacerlo, nos viene montaña arriba.

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