🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Doy las gracias y estoy muy agradecida al Universo, por haberme dado la vida, por haberme permitido elegir la vida que tengo.
En la vida de cada ser humano hay montañas rusas, muchas subidas, bajadas, curvas, encontronazos, atropellos, pero siempre encontramos el camino, ¡siempre, siempre encontramos el camino!
Estoy agradecida por amar tanto las flores, los árboles, la vegetación, por comprender a los animales, porque me devuelven ese cariño, ese amor tan lindo, sin pedir nada a cambio.
Estoy agradecida cuando me veo por la mañana en el espejo, muchos días me veo como un pergamino y ¡me asusto! Pero me digo:
“mírate bien, cada arruga es una experiencia, cada arruga es un conocimiento y cada arruga es la edad que tienes y que pasa por tu cuerpo. Se contenta, se agradecida porque esas arrugas te mantienen en pie.”
A veces sonrío, otras veces doy la vuelta, porque la verdad es muy cruda, pero hay que aceptarla, hay que aceptarla.
Estoy agradecida por todos los obstáculos que me ha puesto la vida; caerme, levantarme, ¡tropezar mil veces! ¡Caerme de los árboles! Pero siempre continuar andando, agradezco a la vida porque no todo ha sido aromas de rosas, ni de perfumes, pues cuando era pequeña recibía bautismo sin agua, es decir, de chancla.
Y estoy agradecida por tantas veces que mi culito se ponía rojo como un tomate ¡de dolor! Que me daba mi madre o mi tía o quien estuviera, claro, era una niña. Ahora lo comprendo y estoy agradecida, en aquel instante no, echaba chispas, porque pensaba que era ingrato, que era injusto, que yo era buena, que hacía bien las cosas, me mandaban a buscar agua a la fuente, agua fresquita porque en aquella época no había nevera en mi casa, no teníamos frigorífico e iba con mis primas y mis amigas.
¡Y un día rompí el cántaro! Tengo la señal aún de que me corte un poco la cara, pero no, eso no me dolía, lo que me dolía era lo que me iba a caer. Hoy pienso, era normal, eras una niña y tenías que aprender, bien merecido lo tenías. Y doy las gracias a aquella madre que tanto me corrigió y que hoy para mí, es una santa.
Estoy agradecida por mucha carga que he llevado, de muebles, madera, container, ¡maletas! ¡Viajes! Aunque nunca he estado sola, siempre me han acompañado, ¡estoy agradecida!
Estoy agradecida porque tengo cada día un plato de comida y agradezco a las manos que lo han preparado y que me han dado de comer. Agradezco a quien me trae fruta, albaricoques, melón, sandía, bueno hasta helados, y estoy agradecida a esta casa que cuando vinimos, no se podía vivir, porque no había lugar ¡y hoy es un palacio! Con sus jardines y con los seres que habitan dentro, ¡hermosísimas! ¡Y hermosos! Que tienen ganas de luchar, que tienen ganas de trabajar, que tienen ganas de tener un futuro brillante.
Cuando lleguen a los 40, 45, ¡ser millonarios! ¡Y lo serán! Porque están trabajando para ello. Y estoy agradecida porque ahora está lleno de ingleses, de alemanes, de holandeses, de suizos, algunos franceses, algunos españoles, pero está lleno, todo el año está lleno, invierno y verano.
Agradecida también porque uno de los chicos que vino, estaba en la calle y se iba a suicidar, no es un secreto por eso lo hablo, me dijo Jardinera me voy a suicidar, y le dije vente. Eso fue durante el COVID, y vino.
Estaba en la calle, no tenía ni casa, ni trabajo, ni papeles, nada.
Aquí está inscrito en la Rosa de Pyrenées, tiene su dirección, tiene su carnet de conducir francés, tiene su seguridad social, está declarado, tiene los derechos de un francés, y por la primera vez, la primera vez, tiene su cuenta en el banco ¡con la carta visa!
Nunca había tenido una carta visa y a sus 57 años, ¡tiene la carta visa! Él nunca había tenido un coche, un carro. Y por la primera vez a sus 57 años, la Enseñanza le compró un coche nuevo, un carro nuevo, ¡nuevo!
Y dijo: “Enseñanza, siempre utilizaba el coche de mi hijo y de mi tío, y siempre pedía prestado el coche, pero nunca he tenido coche,” ahora lo tiene.
Por eso soy agradecida porque de alguien que estaba en la calle, hoy existe en la sociedad y tiene de todo.
Estoy agradecida porque aquí tenemos el rincón de las hadas, el rincón de la aromaterapia, masajes, tenemos muchísimas cosas, las runas, que es muy interesante.
Y estoy agradecida a la gente que ha pasado por aquí porque sea como sea, se ha llevado siempre algo bueno y la única verdad son 3 cosas en la vida, cuando nacemos se llama: sufrimiento; porque sufre mucho el bebe cuando nace, nace y tiene que llorar y si no llora le tienen que dar unas palmaditas, porque si no, muere, así que ya es sufrimiento. La madre está entre la vida y la muerte, ¡tiene un dolor horrible! Pero también es sufrimiento. Y después la vida es dolor, toda la vida es dolor.
Dolor porque tienes que trabajar, si no trabajas, no comes, no vives, dolor de reumatismo, dolor de las rodillas, dolor del codo, dolor de las cervicales, dolor de los dientes, dolor, siempre hay un dolor, dolor porque se ha ido una persona amada, o dolor porque te ha abandonado o dolor por... mil dolores... El resto se llama sacrificio.
¿Qué es sacrificio? Pues que a la fuerza tenemos que vivir y hacer lo que nos toca. ¿Pensáis que es con placer que trabajamos? No, nos gusta más un trabajo que otro, pero todo es sacrificio, sacrificio, todo, todo, todo.
Por eso estoy agradecida a la vida porque me ha puesto hacer un poco de todo, en esta vida, lo único que no he podido hacer es estudiar, ni ir a la escuela pero también estoy agradecida porque eso me ha empujado a preguntar, a ser curiosa y saber un poquito y ese poquito transmitirlo.
Así que estoy tan agradecida a la vida, y agradecida siempre que tenemos agua y comida.
Quería compartirlo con vosotros porque siento en mi corazón que no tengo suficiente gratitud para daros las gracias por todo lo que hacéis por Servidora, en los viajes porque me ayudáis, lleváis los chalecos, ayudáis, remolcáis siempre a una ancianita o a un señor mayor, alguien que no puede andar o alguien, en la casa porque siempre estáis las primeras y los primeros, cuando hay que regar, la misma cosa, porque si no se me mueren las plantas, y cuando hay algo difícil siempre hay alguien que sabe hacerlo todo y arreglarlo, siempre encuentran la solución.
Por eso estoy tan agradecida, tan agradecida.
Esas son las 3 cosas de la vida que no tenemos que olvidar:
El sufrimiento cuando una madre saca la vida a un hijo, es un dolor mutuo, el de la madre se olvida rápido, el del hijo también, el dolor que a veces decimos, es injusto, ¡¿por qué me han mandado esta cruz?!, ¡¿por qué tengo que tener esta cruz, este problema?!, por algo es, siempre por algo es, lo que hay que hacer es saberlo llevar, lo que hay que hacer es que no nos afecte, porque hemos nacido para ser felices
Y os pido a vosotros jóvenes, ser felices, no sufráis, los sentimientos, haceros fuertes, porque cada uno llevamos nuestra Misión. Y si en nuestra Misión nos ponen a alguien bueno, seamos felices; si nos ponen a alguien negativo, separarnos, y si nos dan oportunidades ¡aprovecharlas! No las dejéis escapar.
Buda dice, la vida es una rueda, esto tampoco nunca lo olvidéis, ¿qué es la rueda, Buda? Pues muy sencillo, hay un momento de tu vida donde estarás triste y te preguntarás ¿por qué?, hay unos momentos donde tienes unas alegrías ¡qué te inundan el corazón! ¡Y tienes ganas de saltar! ¡De bailar! ¡De comerte el mundo!
Y después, otras veces la rueda te da por llorar, llorar, llorar, porque encuentras que es injusto lo que te ha tocado, lo que te han dado, lo que tienes, sin merecerlo, que piensa uno mismo... Y ¡después viene la risa! Hay un periodo que siempre sonríes, que, por un nada siempre estás riendo, que ¡siempre estás contento!
Otro momento llega de la rueda que, tienes una sed, y justamente no hay agua en ningún sitio y no tienes dinero ni para comprarte una coca cola, eso también me ha pasado. Y otra vez hay un diluvio y casi te ahogas, pero no es tu momento.
Y otra vez tienes ¡un hambre!, que te comerías lo que te dieran y no hay nada para comer.
Y otra vez encuentras las puertas cerradas y dices: ¿por qué? Pero siempre hay un porque, lo importante es comprenderlo, esperar, analizar y llega, y otras veces están todas las puertas abiertas, como por casualidad se te abren las puertas o te ponen gente delante de lo que necesitas, puede ser para la música, para el baile, para las cuentas, para los contactos, ¡para todo! ¡Para todo! Siempre habrá una persona enferma para que el doctor pueda socorrerla. Siempre pasa en la rueda.
La risa, el llanto, la alegría, la tristeza, la riqueza, la pobreza, siempre vamos pasando por esos períodos, porque siempre nos dejamos llevar por las emociones.
Y las emociones hay que controlarlas.
Si controlas las emociones has ganado y será más duradero. Pero si lloras sobre ti misma, sobre ti mismo y te haces la víctima, entonces caerá más fuerte.
Quería compartir que estoy agradecida, por los colores, de las flores, por esas banderas que están pachuchas, por todo lo que nos rodea.
Y espero agradecer que estaréis llenas de oro y llenos de oro, de buenas ocasiones, ¡de felicidad! ¡De buenas cosas! Y que podréis vencer todos esos obstáculos que, como la herencia de los camellos, sólamente había que poner uno más, ni la señora perdió su camello, y los hermanos encontraron la respuesta.
Agradezco infinitamente al Universo y todos sus seres de Luz por esta felicidad y aquí en esta tienda tan hermosa, en esta yurta.
Os quiero y os amo,
Esto es para vosotros.
Que seáis felices, que estéis en paz,
Y con vuestra alegría en el corazón que siempre dure.