July 24, 2023

Dar y recibir amorosamente

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🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas semillas,

Hoy nos toca compartir, hoy vamos a llamarlo, la riqueza; ayer era la ola, si la hubierais visto ¡Tan pequeñita y bonita! Jugando con sus delfines…

Hoy toca la riqueza, hablaremos de ella:

En un país muy lejano, como siempre empiezan las historias, llegó un hombre muy rico, rico, ¡riquísimo! Y llegó, fue en el centro de la plaza, lo estaban mirando y de pronto se sentó, en el café más grande que había, o la taberna, como queráis, en ese café pidió que le sirvieran un capuchino, le sirvieron el capuchino y dijo:

“Que todos los que estén aquí en este café, pidan lo que quieran, les invito, todo lo pagaré yo, soy rico.”

Y toda la gente se quedó con la boca abierta, todos pidieron, un refresco, café con leche, café, capuchino, ristretto, ¡de todo! macchiato, ¡de todo! Y estaban felices la gente.

Vinieron otras personas, pidieron, y dijeron: “pidan porque es gratuito”, Y ¡fueron felices! Entonces dijeron:

  • ¿Tienen hambre?

  • Si, tenemos hambre

  • ¡Bueno, pues que traigan de comer los mejores manjares! Para todos ellos, ¡comer y beber!

Empezaron la gente a venir del pueblo, de los pueblos, de las capitales, vinieron todos, aquel hombre era muy rico, les invito a todos, y todos empezaron a comer, que entrecote, que fritas, que pavé, que camembert au fur, que magret de canard, que poulet à l'ancienne, que paella, que fajitas, ¡comieron de todo! Helados.

Y eran felices, los niños reían, queremos más helado se ha terminado, ¡queremos más helado! ¡Qué bueno, qué bueno! y eran felices.

Ese hombre dijo: “quiero vivir aquí”, y todos abrieron los oídos, pero busco una casa muy grande, quiero una casa muy grande

El hombre del café dijo, huy esta es mi ocasión, y ¡voy a buscar una! Y le busco una, le busco una casa la más grande que había, la compro.

Y ahora quiero personal; ¡todo el mundo vino! Una fila grande, grande, grande, todos querían estar a su servicio y trabajar para él, y ganaban mucho dinero

Tenían jardineros, tenían esteticien, tenía caballeros de cámara, que son los que visten a los señores, tenían camareros, ¡de todo! ¡Tenían de todo! Cocineros ¡De todo!

Y él iba diciendo:

“Quiero un sastre”; tenía un sastre, “ahora quiero los mejores servicios de cristal”; servicio de cristal, “el mejor servicio de vajilla, de Limoges”, es la mejor que hay. Allí se fueron, es donde los reyes compraban, la más cara que hay. Bueno, todo. Y después el cristal de baccarat, todo, todo, lo mejor.

Bueno, así que iban vendiendo e iban comprando todo muy bien, las mejores sedas, vistió a su familia y todos trabajaban para él, todos, todos en aquella ciudad trabajaban para él.

Abrió bancos, todos trabajaban en los bancos, trabajaban en los hoteles, en los lugares públicos, todo era de él así que trabajaban para él, y la gente estaba muy feliz, muy, muy feliz, porque claro, pues todos tenían trabajos y todos ganaban sueldos extraordinarios.

Y llegó un día donde ya se acabó el dinero, y este hombre dijo: “ya no tengo más dinero, y ahora que voy a hacer, ah! Bueno, pues los voy a utilizar.”

Y cuando fueron a cobrar, como es debido el fin de mes, les dijo: “no hay más dinero no os puedo pagar,”

“¡¿cómo que no nos puede pagar?!”

  • Se ha terminado el dinero, ya no tengo dinero. Os he alimentado, os he dado dinero. Os he estado dando un futuro durante años y durante años han vivido vuestros padres, vosotros, vuestros hijos, todo y tenéis todo, todo, todo, todo.

Y dijeron:

  • sí, tenemos dinero, tenemos todo, hemos ahorrado, mis hijos tienen carreras, todo. Pero nosotros queremos cobrar.

  • Pues no tengo.

Todos se fueron, todos sus obreros, y dice, pero sois mis esclavos, sois mis esclavos, os he comprado a todos, porque os pago y trabajáis para mí, así que me debéis el servicio.

Y dijo: “no”

Y todo el mundo se puso de acuerdo, que como no les pagaba, dejaron todo y se fueron.

Entonces este hombre se encontró en la ruina, la más grande que podía haber, una ruina enorme y no tuvo dinero. Entonces él fue a pedir de comer ¡y no le dieron!, él fue a pedir ayuda ¡y no le dieron!

Y él dijo, “¿por qué os comportáis así que os he dado todo?”

Y le contestaron:

  • Y la amistad que has hecho, ¿nos has hablado de la amistad?, ¿nos has dado tu cariño?, ¿nos has dado tu amor?, ¿has hecho una gentileza por nosotros?, ¿nos has invitado un día para hablarnos de lo que es la vida?, también de nuestra juventud, de nuestros hijos, de los tuyos. ¿Nos has dado un poco de atención?”

Y él dijo, “no, solo os he dado dinero”.

Y contestaron: “el dinero puede comprarlo todo, pero el amor, los sentimientos y el corazón, no lo tienes, ni nos lo has dado, así que nosotros tampoco.”

En la vida nos enseñan que hay que dar y recibir, que hay que saber a quién dar para mejor recibir y que a veces sin dar se recibe mucho, mucho, mucho, mucho.

Así que pidamos siempre al Padre, al Creador, Él sabrá darnos, en el momento que lo necesitamos y lo que queremos.

Con todo mi amor,

Vuestra Jardinera.

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