🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
Hoy empezamos de esta manera:
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino y hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quien nos ofende.
Me diréis, conocemos muy bien, Jardinera, es el Padre Nuestro, si mis semillas, pero ¿de qué nos sirve?
Sabemos que el Padre está en los Cielos y que es santificado su nombre, lo sabemos, porque nos ha dado la vida. Que venga a nosotros su reino y que haga su voluntad, pero ¿es que lo hacemos? ¿Nos hemos parado a comprender esas dos palabras?
Que sea tu nombre, que venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad. ¿Comprendemos esas palabras? Si fuese así, no habría guerras, si fuese así, dejarían la libertad de cada país, si fuese así, dejarían entrar la ayuda humanitaria.
Y continúo, así en la tierra como en el cielo. ¿Es cierto? El cielo siempre es perfecto y está en armonía, pero la tierra, ¿qué es lo que hemos hecho? Desde hace unos siglos. ¿La hemos ayudado? No. Lo que hemos ayudado ha sido a todos los robots, a la robótica, a los avances de la ciencia, a ir a la Luna, a ir a Marte, pero no hemos ayudado a la tierra.
Pero sí que pedimos, danos hoy nuestro pan de cada día, eso lo pedimos, porque si no comiéramos, ¿qué pasaría? Evidentemente no viviríamos mucho tiempo, pero siempre pidiendo el pan de cada día, ¡y lo tenemos!
Y hoy hay tanto pan y tanta comida, que dicen en la OMS que hay toneladas. Y en la ONU también, toneladas de comida que tiran a la basura cada día, y la gente en el planeta muriéndose de hambre. ¿Qué hemos comprendido?
Danos hoy nuestro pan de cada día, nuestro pan de cada día, si estamos tirando la basura, ¿Por qué no aprovechamos el pan del alma? ¿Por qué no aprovechamos de cultivar nuestra alma? ¿Por qué no aprovechamos de cultivar nuestra bondad, nuestra generosidad?
Y continúo con el Padre Nuestro, que dice, - y perdona nuestras ofensas, así como nosotros, perdonamos a quien nos ofende.
Mis semillas ¿habéis notado? ¡y perdona nuestras ofensas! ¡Uy, qué voz más autoritaria!, pero después decimos en bajo, así como nosotros perdonamos a quien nos ofende.
Lo decimos muy bajito. ¿Por qué lo decimos bajito? Porque somos hipócritas y falsos. ¿Nos hemos olvidado de los celos, de la envidia, de la codicia y del egoísmo?
No. ¿Ayudamos a nuestros semejantes? ¿Ayudamos a nuestros hermanos? No, porque estamos celosos de ellos. ¿Ayudamos a nuestra familia? No, porque hay mucha que tiene éxito, que son ricos, que todo les sonríe.
¿Ayudamos a los pobres? Sí, Jardinera, cuando nos sobra, les damos. Y en la Enseñanza hemos aprendido que cada pobre que está en la calle puede representar un ser de Luz, por eso siempre les damos algo.
Pero ¿verdaderamente perdonamos? Yo os puedo decir que de corazón no sale el perdón, sale únicamente, oralmente, te perdono, no, no, ya te perdoné. Ya lo olvidé, ya te perdonado. En el fondo siempre está marcado ese dolor que nuestro ego nos hizo.
¡Porque no olvidan! Cuando hemos reñido a alguien, o le hemos dicho la verdad. Hay muchas personas que Servidora les ha hablado con la verdad y algunas hasta se han retirado de la Enseñanza.
Hay una amiga muy especial que le hablé de la Verdad y otras que estaban con ellas y era la Verdad, Servidora no puede mentir, y se retiró. ¿Eso es perdonar las ofensas? No, eso es el ego, se llama el ego.
Por eso os repito, mis semillas, hay que pedir cada día al Maestro de Tiberiades, a su padre, a Dios, como lo queréis llamar, perdona nuestras ofensas, porque nosotros también perdonamos a quien lo han hecho con nosotros, ¡pero de corazón! porque queremos seguir ese camino bueno, ese camino recto, ¿de qué nos sirve rezar el Padre Nuestro?, ¿de qué nos sirve decir, haz tu voluntad o hágase tu voluntad aquí en la tierra como en los cielos?
¿Hoy se está haciendo su voluntad en Israel y en Palestina?, ¿hoy estamos obedeciendo? ¿dónde está el pan? De un país y del otro, no pueden fabricar pan en Israel, porque los vigilan y está todo cerrado, no pueden hacer pan en Palestina porque está todo destruido.
Entonces, ¿dónde está? Pero todos miramos al cielo y decimos Padre, no nos abandones, ¿dónde estás Dios? ¡Ahora te necesitamos!, pon paz en este reino de la tierra, tan hermoso, donde tu hijo puso sus pies, donde su Santísima Madre nos bendijo tantas veces, donde vinieron todos los profetas, donde vinieron los reyes y los Guardianes del Arca de la Alianza.
Los dos países tienen los mismos profetas y el mismo Dios. ¿Escuchamos nuestro corazón?
No
Escuchamos simplemente la propaganda que están haciendo los hombres con la guerra. Únicamente comercio, vender y comprar armas y engañar a los hombres. Porque donde está el dolor, es en el corazón de las madres que han perdido sus hijos, de los padres que ya no tendrán más herederos, que habrán perdido el nombre, ya que en esos países el nombre es la continuidad de la sangre, la continuidad de la jerarquía del patriarca, es sagrado.
¿Qué han hecho? ¿Qué han sembrado en esas tierras? Desde tantos siglos, no es agua la que han echado en los caminos, en los campos, en los pueblos, en las ciudades, está llena de sangre. Y hace siglos era una sola familia, que hoy por querer defender a países o cada una a su país, está todo el planeta hundido, porque cada quien quiere ayudar a un país.
Y cada nación de este planeta tiene inversiones en este conflicto, se necesita mucha economía para los aviones, para los misiles, no quiero nombrar nada más, pero la verdad la estamos viendo cada día.
Esas lágrimas de esas familias, de un lado y del otro, y de las familias que viven lejos, llorando, porque no saben si volverán a ver a sus seres queridos. ¿Qué estamos haciendo del Padre Nuestro? Hoy en día lo están cambiando, porque dicen que el Padre Nuestro tiene que ser actualizado.
¿De qué hablamos? El Padre Nuestro siempre es el mismo, la guerra estaba cuando nos lo enseñó el Maestro de Tiberiades. Estaban en guerra y varios países y varias tribus igual que hoy ¿Cuántos siglos han pasado?
Ya estamos en el siglo XXI y todos los países están metiéndose en estas guerras, digo, plural, y tribus lo mismo, porque cada país donde haya uno de cada país, judío o palestino, allá donde viva, estamos implicados.
Así que somos tribus. ¿Y a quién vamos a defender? ¿Hemos pensado en las palabras que nos dijo el Padre? No, simplemente en arrasar ciudades, pero sobre todo hacer ruido, mucho ruido y propaganda.
Porque sabemos con mucha claridad que las grandes naciones dominan el mundo y saben muy bien cuándo empieza y cuándo querrán terminar.
¿Por qué vino esta Enseñanza?
Por esta razón, para trabajar con el seis, y os recomiendo, mis semillas, ir a ver esta película, que tanto suplico de ir a verla. Se llama: El Silencio de los Niños, pero también en inglés llaman: Sound of Freedom.
Os mandaré el título y la foto: Sound of Freedom, El canto de la libertad, por eso vino la Enseñanza, porque ahora tenemos que utilizar más que nunca nuestro Chakra seis, cada día lo hacemos.
Os hablé y os dije, Ya no habrá presidentes ni política, sino grupos que dirigirán el planeta a su aventaja, a lo que decidan, porque no hay credibilidad. La humanidad ya no cree en ellos, en las palabras de cada uno.
Poco importa el color, la etiqueta, nos engañan. Tiene que haber leyes porque así se han formado, y tenemos que cumplirlas, pero tenemos que abrir los ojos y no ser ignorantes ni quedarnos con las bonitas palabras de promesas.
Tenemos que reforzar nuestra Fe, cuidar más nuestra tierra y tener un huerto o un jardín, porque poco a poco llegarán a hacer lo que ya dije hace tantos años, que terminarán con la humanidad, no matarán a la gente, no.
Ya son zombis y robots, ya todo se hace por robótica, todo, ahora ya puedes saber lo que pasa al otro lado del mundo, ya puedes saber lo que pasa al lado del vecino con cámaras. Con todo lo que funciona, con drones, con los escucha de teléfonos, con los chips, con todo lo que hay, ya no hay secretos.
Esta Enseñanza ha venido para abrirnos los ojos, para quitarnos el miedo, quitándonos el miedo, se quita también la ignorancia. La ignorancia es simplemente no conocer las cosas, no saberlas, y por no preguntar por perjuicios, por vergüenza a que se rían de nosotros, preferimos quedarnos ignorantes que estar con la sabiduría.
Y ahí está nuestro camino, el Sufí Fendi nos dijo, hay el camino bueno y nos llevará siempre a la Luz y a la Verdad.
Y hay el camino malo que nos llevará siempre a la destrucción, a los celos, al egoísmo, a las envidias. Siempre deseamos lo del otro, siempre deseamos lo mejor que vemos, ¿por qué no nos contentamos con lo que tenemos?
El Sufi Fendi Ravi nos repitió tantas veces, era un sabio del siglo XII y sale en Ertugrul.
Él vivía siempre en la montaña y ayudó mucho, decía escuchar el corazón, el espíritu, el alma se alimenta de él y de ahí nace de nuestras buenas obras, nuestras buenas acciones, nuestra buena Fe.
Pero si escucháis el camino malo os llevarás siempre a envidiar aquellos que son de oro, a los otros porque son más guapas, más guapos, porque tienen castillos, porque tienen trabajos superiores, porque están más bien hechos, mis semillas.
Cuando Dios sembró a todo ser vivo, y la tierra está llena de seres vivos, porque la tierra está viva, a cada uno ¡nos hizo diferentes e iguales!, iguales en la conciencia, iguales en los sentimientos, iguales con nuestras emociones.
Lo que hemos cambiado ha sido alimentar el ego, que no existía, que lo creamos el humano y al crear el ego nos hizo confundir el bien con el mal, y ahí nos pusimos a envidiar al vecino porque era más alto y más guapo y de oro.
Envidiamos al otro vecino porque sabía dibujar y sabía hacer paisajes y decoraciones y lo envidiamos, envidiamos al otro porque tenía una fuerza de hércules, envidiamos a la otra chica porque era de maravilla tenía una voz, doblaba películas de Walt Disney, hacia la cocina, hacía unos pasteles de chocolate y muchos no saben hacerlo.
Envidiamos también a otros porque saben hablar, porque tienen la diplomacia, porque saben estar por todo. y apenas se ponen un traje azul como si fuera un uniforme y ya todo el mundo se pone cuadrado delante de esas personas.
Claro que son inteligentes y saben hablar, pero tienen miedo porque les falta la Fe, porque su conciencia está dominada por el ego, y están los ignorantes que prefieren quedarse sin moverse de casa, ir al sauna, a la piscina, o prefieren no hacer nada, no mojarse y sobre todo que no hagan olas, porque si hacen olas se pueden mojar.
Hay tantas personas en el mundo y me incluyo Servidora, que esa ignorancia nos ciega y lo que hay que hacer es atreverse a quitarse el miedo para practicar ese Padre Nuestro tan hermoso.
¡Perdónanos, como nosotros perdonamos!
¡Claro que sí!, aunque nos duela, aunque tengamos la mitad, sí, la mitad no, pero si lo hacemos, arriba la Luz nos reconoce y sabe que somos buenos, que tenemos el alma muy grande y ese Amor Infinito que nos llevará siempre por el buen camino.
¡Y daremos gracias de tener el pan! Y tener comida, pedimos para todos esos niños.
Están en la Luz, pero para los padres, las madres, las familias, pedimos para ellos que les entre esa paz, ese amor que sólo el padre les puede dar, porque las palabras nuestras les ayudarán, pero necesitan esa Luz.
Pediremos muy fuerte, pero tenemos que empezar por nosotros, creyendo que podemos ayudar con el Chakra seis, con nuestra Fe. Y he querido hablaros del Padre Nuestro para que analicemos que hacemos de él, que actos cumplimos.
¿Nos acordamos?, ¿utilizamos el seis? en pequeñas cosas.
Mirar esa película y la comprenderéis, tenemos que salvar a los niños, el alma, esa es la palabraguiar las almas. Y rezar cada día ese Padre Nuestro, pero con la conciencia y analizando palabra por palabra, y veréis que el Maestro de Tiberiades recompensará y nos dará el doble el triple de lo que necesitamos para continuar ayudar, para continuar nuestro camino y para darnos todo lo que necesitamos.
Nos lo ha dado y nos dará más, pedimos bendiciones para esos países, que se abra el corazón de todas las naciones para que quiten las armas, que abran el corazón y cierren los ojos y que puedan cuidar a todos los necesitados.
Con el Padre Nuestro compartimos la paz, la armonía y el pan de cada día
Vuestra Jardinera.