🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera
Mis queridas semillas,
¡Feliz día de los reyes magos! Sabéis que es el 6 de enero, es el día de la Epifanía, Epiphany. Ese día tiene varios símbolos, evidentemente para cada país, y lo celebran de diferentes maneras, Servidora os va a contar una.
Dice que los reyes magos vienen del oriente, o vinieron del oriente, efectivamente que vinieron, pero era para el rey de reyes, el auténtico, era para el hijo de Dios, pero no eran reyes, eran astrónomos y astrólogos. Efectivamente, estudiaron muy bien y así pudieron encontrar ese niño, ese niño que hoy lo llamamos Maestro de Tibríades.
Pero vamos a venir al día de reyes actual, al 6 de enero, que generalmente lo celebran con un roscón, un gran rosco que es un pastel hecho con anís, harina, huevos, frutos secos y lo rellenan de nata o de crema o de chocolate, o variaciones, cada quien a su gusto.
Al decir que no viene de lejano oriente, la verdadera historia, aquí en Europa, este dulce se remonta, imaginaros, a la Roma Imperial y está asociado, ellos creían muchísimo en los equinoccios.
Entonces su festividad, el solsticio de invierno, era el momento donde los señores de alta casta, es decir, los ricos, podían mezclarse con los esclavos y compartían una torta. Una torta hecha de higos, de dátiles y miel, es decir, un bolo para Brasil. El pastel en general para todos los países, la tarta dulce también, que hoy llamamos Rosco de Reyes. Pero fueron los romanos imperiales quienes crearon el primer pastel de reyes.
Hecho de higos, de dátiles y miel, en su interior escondían una haba, sabéis, esta haba seca, porque claro, en invierno no hay de las fresquitas. Era el símbolo de la prosperidad y el afortunado que la encontraba entonces lo nombraban el rey y le ponían una especie de corona de laurel o dibujaban simbólicamente esa corona que hoy la hacen dorada para regalársela a quien ha encontrado el detallito que está dentro.
Con la llegada de los cristianos se abandonaron muchas costumbres paganas porque también lo celebraban otras antiguas civilizaciones y comer una torta en la última etapa del año se mantuvo siempre.
El regalo de su interior evocaba el niño Jesús escondido del rey Herodes.
Recordar que el rey Herodes mandó a matar a todos los niños, entonces en el cristianismo dijeron vamos a esconder en esta torta un símbolo, podía ser un rey pequeñito de porcelana, podía ser una joya pero eso significaba el niño Jesús.
Y fue en Francia donde la fiesta del rey de la haba tomó más fuerza, así lo llamaban.
Se incorporó en los banquetes de la corte de Luis XV, quien además del haba, respondía dentro un regalo o una moneda. En aquella época una moneda siempre era de oro, sobre todo viniendo del monarca, y encontrarse una moneda en un roscón o en el rosco era verdaderamente un tesoro.
¿Pero a quién le tocaba pagar? Esta idea fue exportada a España por el primer Borbón. Borbón son la familia actual, los Reyes de España. Felipe V consideró la tradición de los regalos y a mediados del siglo XIX la torta de los Reyes era el dulce estrella.
Pensar que en aquella época no había ni pastelerías ni tampoco tantos dulces por falta de los ingredientes que tenemos hoy. Así que Felipe V hizo y obligó que se celebrara haciendo esta torta de los Reyes dulce y fue la estrella, tuvo tanta fama que todos empezaron a abrir pastelerías y fue entonces cuando el haba adquiere una buena fama.
Porque unos decían me ha tocado y tengo suerte y los otros decían bueno pues si te ha tocado y a cada persona que le tocaba tenía que pagar otro roscón de reyes y fue tan popular que cada vez se ve en aumento, en aumento, en aumento. Y solamente nosotros en nuestro país, aquí en España, consumimos 30 millones de roscones cada año o más. Efectivamente hay que celebrarlo, como se celebra cada año Navidad, el año nuevo, como cada año celebramos el aniversario y tantas fiestas.
Y el día de reyes recordamos ese día tan hermoso, donde nació un niño y fueron a adorarlo, le llevaron los presentes. La mirra, el oro, y el incienso, solo simbólicamente y para aquella época eran tesoros muy grandes ya que no existía la mirra era muy rara y el incienso también.
De ahí viene el camino del incienso, el camino de las especies, el camino de la sal, la ruta, se dice la ruta de la sal, la ruta de las especies y la ruta del incienso. Y ese era el gran tesoro que le ofrecieron porque para ellos no había nada más grande que el Hijo de Dios.
Tenemos que guardar presente las olores del incienso, el símbolo de la mirra y también lo que significaba el oro.
Dar gracias es tan hermoso porque la vida es tan bella y tan hermosa, si sabéis verla, si sabéis apreciarla, si el caso no llega, que no llegáis a verla ese sol, pedir ayuda, pedir ayuda porque en todo el mundo encontraréis a alguien de la Enseñanza que con todo su corazón lo abrirá y os mostrará que la Luz es inmensa, que es grande y es para vosotros y sobre todo para que brille nuestro Maestro.
Cada vez hay más jóvenes que la Luz se les apaga, ¿estamos conscientes de que nos necesitan?, ¿estamos conscientes de hablarles?, quizás les hemos dado demasiadas cosas, quizás le hemos facilitado el día a día, quizás han recibido tanto, tanto que ahora no saben qué hacer.
Si supieran apreciar la tierra, si supieran plantar una semilla, si supieran regarla cada día, si supieran mirarla, ver si necesita abono, más tierra, si supieran coger un cubo, un cesto, ir a buscar en el fondo siempre de los valles o en el fondo de un bosque hay una tierra buenísima que cada año los árboles depositan para el alimento.
Coger una poquita y darse las vuestras macetas, cambiarle la tierra a vuestras macetas al menos una vez al año, sacar lo que tienen en la maceta y reemplazarlo por tierra nueva y veréis qué vitalidad y qué alimento le vais a dar.
Veréis que hermosa va a crecer esa planta, mirándola os veréis a vosotros, crecer y ver la Luz. Si le enseñaréis a vuestros hijos estos detalles que para unos son insignificantes, para otros es la vida.
También enseñarles que no hay felicidad sin sacrificio, que tienen que trabajar, que para eso sus padres han trabajado antes de darle la vida, que han tenido que hacer sacrificios y que no tenían tantos juguetes y tantas trajes y vestidos.
Os voy a decir un detalle, cuando yo era pequeña me gustaban mucho los vestidos y los abrigos que llevaban mis amigas, y yo le decía, “mamá, ¿por qué siempre tengo que llevar el mismo abrigo? Y aquí hay una raya en el dobladillo”, el bajo del dobladillo del abrigo.
Había una raya marcada. Yo le decía, “mamá, ¿por qué se ve esta raya?” Y decía, “no es nada, no te preocupes, ¿has crecido mucho y he tenido que alargarlo? Pero el abrigo es precioso, ¿qué no lo ves?” “Mamá, este abrigo, claro que lo veo, lo llevaba mi prima, Mari y es el mismo.” “Claro que sí, que es el mismo, ¿No estás contenta que lo has heredado? Ella ahora ya es grande ella no puede ponérselo, pero tú sí. ¿Ves, qué bonito es?, es precioso.”
Y así iban pasando los años, y mi abrigo se iba alargando, siempre había una rayita. No me daba cuenta que crecía, pero el abrigo se hacía más largo. Hasta que ya podía ir a trabajar, a los catorce años empecé a trabajar en un gran almacén.
A rellenar mostradores, porque a la época se tenía que hacerlo todo a la mano, entonces no había nada de plástico, no había estas bandejitas, no, no, no. Eran unas balanzas que se ponían un peso de un lado y lo que compraba el arroz o lentejas del otro.
Y se tenía que medir media libra, una libra, un kilo, medio kilo. Y todo se tenía que cargar, limpiar y hacer. Pero era una gran alegría, una gran alegría. ¡Uy, sí, una gran alegría! Así que hoy sé apreciar cuando me regalan, cuando me compran, cuando me dan algo.
¡Uy, cómo la aprecio y cómo lo cuido! ¡Muchísimo, porque sé lo que vale! Y eso hoy los jóvenes lo han perdido, y no saben, porque han tenido todo. Los padres, cuando pueden, los llevan a Walt Disney, a ver ese centro tan bonito, donde todo es fantasía, le compran todos los vídeos, ahora ya claro es virtual, pero ya tienen los juegos, ya tienen todo y no pueden apreciar lo que vale.
Así que no os preocupéis, tenéis que ser severos con ellos, muy severos y siempre he oído decir que vale más que lloren los hijos que los padres.
Si llora un hijo no es nada porque al día siguiente se le pasa y lo olvida, pero si llora un padre o una madre es para toda la vida, porque ese dolor no se puede olvidar, no se puede olvidar, así que enseñarle a vuestros hijos que todo se necesita ganarlo, se necesita trabajar, hacer la habitación, ayudar en casa, estudiar y trabajar.
A propósito, Roció la niña que os hablé de 18 años, gana 800 euros al mes y hace dos jornadas, dos turnos, dos jornadas y gana 800 euros al mes y estaba contenta y Lucía con su generosidad, cuando tomamos los churros y el chocolate le dio 5 euros y ella dijo: “señora, señora, no, no, no, no, se ha equivocado, la merienda, los churros y el chocolate cuestan 350 y me da mucho más” y dijo “no, esto es para que lo pongas de lado para tus estudios y dijo no puedo aceptarlo señora, es mucho, es mucho y le dijimos sí, acéptalo”.
Entonces dice: “voy a compartirlo con mis amigas, mis camaradas de trabajo.” Dice, “somos un grupo” y le dijimos “no, esto guárdalo por tus estudios, otras propinas lo compartís pero esto para tus estudios.”
La chica se puso muy roja porque tenía culpa de decir si lo guardo para mí pero era para sus estudios. Os digo estos detalles porque para mí me llegó al alma, me llegó a mi corazón y dije Dios mío, ella sí que sabe apreciar lo que es 1 euro, lo que es un sacrificio, dos jornadas, 800 euros y tenía que ayudar en casa porque sus padres son muy humildes.
Por eso os repito, no permitáis a vuestros hijos darle todos los caprichos, tenéis que aprender a decir no cuando es el momento y no os preocupéis si un día los castigáis. Hoy os he mandado una imagen, Árboles con nieve, ¿cómo los sacuden y le dan palos?
Muchas veces he oído. ¿No nos gusta la Jardinera? ¿Por qué nos habla con la verdad y no nos gusta? La Jardinera nos da palos, la Jardinera nos pega. Ojalá, ojalá fuera verdad, porque esos árboles, si no les dan y los mueven y los sacuden, la nieve los rompe y la nieve los dobla y tendrán la espalda doblada y estarán enfermos y serán incapacitados para la vida y los cortarán o los arrancarán.
Y muchas, no muchas, hay dos o tres personas, yo contaría tres, que aún hoy están llorando porque pensaron que la Jardinera les había hecho lo mismo que estos árboles. Sí, lo hice oralmente para sacarles esa nieve que les ciega y que no ven la verdad, que solo viven por sus caprichos.
Y yo diría el egoísmo humano, el egoísmo humano no tiene límites y si sacamos la nieve damos vida, volvemos a la vida, volvemos.
Gracias, mis semillas, gracias por este nuevo año y gracias por ayudarme a avanzar.
Con todo mi amor, vuestra Jardinera
Y comeros el roscón de reyes
Si lo habéis hecho, repetir.