April 04, 2024

Cada camino es diferente

article preview

🎧 Escucha el Mensaje en la voz de La Jardinera

Mis queridas semillas,

En un prado no muy lejano de aquí había unas ovejas que estaban pastando felices, contentas y corrían, saltaban.

Cuando se iban muy lejos, siempre estaba el perro del pastor que iba a buscarlas y ellas lo hacían expres de jugar y esconderse, porque así era la manera que hacían de jugar, pero de distraerse y ser felices.

Pasó por allí un burro y una ovejita muy simpática le dijo, “¡buenos días señor burro!” Y el burro contestó un poco enfurruñado o rabioso como queráis, “¡buenos días serán para ti, pero no para mí!” Pero le dijo,

“¿por qué? ¡Qué fuerte eres! ¡Y grande!”

“Pues por eso, cada día me lo paso que me cargan siempre, siempre voy cargado de bultos, de peso, me hacen andar y siempre tengo que trabajar.”

Y dijo ella, “Bueno, no será para tanto”, “ ¡pues claro!,” le contestó el amigo burro.

“Tú estás aquí, paseándote, jugando y comiendo, sobre todo comiendo hierba fresca”.

Y ella, que era también muy buena y muy simpática, le dijo, “mira, qué, voy a hacer una proposición, nos vamos a cambiar yo ser el burro y trabajaré para ti un día y tú serás la ovejita y estarás con mis hermanas aquí en el prado comiendo y serás feliz.”

Y él dijo, bueno, “¿qué más quisiera yo que ser una oveja? Pues acepto.”

Entonces el amo descargó al burro y cuando ya estaba libre el burro se fue al prado.

Y le dijo, “bueno, pues vete ahora con mi amo y vas a trabajar mañana todo el día como hemos convenido.”

“¡De acuerdo!”, le dijo la ovejita, y así se fue.

Al día siguiente, la ovejita dijo, el primer viaje dice, “bueno, pesa mucho la carga, porque soy pequeña, yo pensaba que era más fácil, pero soy pequeña.”

Y dijo, “aguantaré”. Y el burro dijo, “¡huy!, que agradable, estoy comiendo a voluntad, oi, que bien, que bueno, que bien.”

Pero pasó unas horas, y la ovejita dice, “oi, ya no puedo más, oi, que estoy cansada, oi, que pesado es, yo no puedo llevar tanta carga, ¡no!, ¡no!, ¡no puedo!, ¡no puedo!”, pero tenía que aguantar.

Y el burro dijo, “estoy aburrido, solamente como, y miro pasar una oveja, dos ovejas, tres ovejas, viene el perro me mira, veo, no veo nada, estoy parado, me canso, aburrido, que triste vida.”

Y al atardecer llega la ovejita y dice, “amigo burrito, te admiro, admiro tu valor, admiro tu fuerza, admiro ese trabajo que haces cada día, solo tengo admiración por ti.”

Entonces el burrito se puso contento y le dijo,

“yo también te admiro, porque es aburridísimo todo el día que estar en el prado sin hacer nada, comiendo hierba, te aburres. No ves a nadie, no andas, no ves países, no ves pueblos, no ves a nadie.”

Dice,

“Ya no puedo más. ¿Nos cambiamos?”

“Sí, con mucho placer.”

Y fue así como comprendieron que en la vida cada ser humano, animal, vegetal, tenemos nuestra Misión, tenemos nuestras cualidades y nuestros puntos débiles.

Las cualidades hay que aprovecharlas, fortalecerlas, fortalecerlas y empujarlas para desarrollar mucho más nuestra inteligencia y crear proyectos, nuestras debilidades, saber reconocerlas para poder corregirlas y ser más brillantes.

No dejemos que la pereza sea más fuerte que nosotros, no dejemos que el deseo, queramos poseer el resto. No, cada quien tenemos esas cualidades, esas virtudes y esos puntos débiles.

Si todos quisiéramos comprender, seríamos felices y estaríamos en el paraíso.

Mis queridas semillas, no puedo evitar de decir, hablar siempre con la verdad, decir lo que pensáis, quitaros los celos y las envidias, y veréis que seréis tan felices ¡como esa ovejita saltarina!, ¡Contenta y feliz de volver con sus amigas y disfrutar su hierba y admirar sus flores!

Con todo mi amor,

La Jardinera.

Cada quien somos diferentes, cada quien tenemos una Misión y un destino.

Aceptar y obedecer.

Otra vez, con todo mi amor,

La Jardinera.

Escribe tus comentarios