¡Avanzando Maduramos!

Mis queridas semillas,

En un parque, había un lago muy bonito y estaba lleno de patos, lleno, lleno, lleno, era precioso, y uno de ellos tenía hambre y dijo, “voy a pescar”, entonces se puso en el medio del lago, empezó a mirar, y dice, “no hay peces, no puede ser que no hay peces, ¿dónde están los peces? ¿Han desaparecido?, ¿Dónde están? Bueno, voy a esperar.”

Esperaba, esperaba, esperaba, y no vio ningún pez, y dijo, “¡oh! No hay ningún pez, no he podido verlo, no tengo ni un pez”, y llegó ya la noche.

Y de pronto esa noche, había luna llena, y la luna iluminó el lago.

Y el dijo: “¡uh!” Al ver reflejada la luna dijo “¡uh! Allí hay un pez muy gordo, muy gordo, tan claro, tan claro, que ese lo voy a pescar y me lo como, y tendré cena para esta noche.

Y va corriendo, corriendo, y allí donde estaba la luna reflejada, se echó y empezó a entrar dentro del agua, a bucear, a buscar, y buscaba. Y de pronto se oyó, todos sus amigos, que estaban alrededor, los patos, decían:

“fíjate es tonto, fíjate que es ñoño, o ñoña, fíjate, piensa que la luna es un pez, y la quiere coger, fíjate que idiota, fíjate que imbécil, y empezaron a reírse de él. Anda, qué tonto, qué ignorante, pero fíjate, ¿no sabe qué es la luna?, ¿no sabe qué es el reflejo?, no lo sabe”.

Y se reían de él, le tomaban el pelo, se rían, entonces se sacó la cabeza del agua, y dijo,

“¿cómo es posible? Sois mis amigos, estamos juntos, y os estáis riendo, me estáis criticando”.

El pato, bajo la cabeza, se fue a un rinconcito, y al día siguiente, todos sus amigos, los patos, fueron a cazar, a pescar, mejor dicho, y todos cogieron peces, comieron, pero nuestro querido pato tenía vergüenza.

Le salió la timidez, la vergüenza, el apuro, las dudas, y decía: “no, aunque estoy viendo peces, pero ya no pescaré más, porque se van a reír de mí, se han reído, yo pensé que eran mis amigos, pero se han reído”.

Y pasó un día, pasó dos días, veía los peces delante de él que pasaban y él no se atrevía a comer.

Sus amigos, ni darle importancia, ellos iban, pescaban, comían, jugaban, pero nunca se percataron de su amigo, de aquel que se ríeron, se dejó morir de hambre, por vergüenza, por dudas, por no decidirse saber si tenía que pescar, o no tenía que pescar, si tenía que ir con ellos, o no ir, si tenía que buscar un amigo, una amiga.

Ya, él no quería vivir, porque sabía que aunque estaba esperando que un amigo lo esperara para abrirle de la puerta, hablar con él, o encontrarse un príncipe azul, no lo encontrará, porque no existen los príncipes, pero las dudas lo mataron, la indecisión lo mató y que se rieran de él, se acompleja y se dejó morir.

Por eso, mi semillas, atreveros que, cuando se rían o os critican, o para los jóvenes que os hacen bullying afrontarlo, no os escondáis, hablar, denunciarlo, hablar, denunciar y defenderos.

Si no sabéis qué hacer en vuestro trabajo que tenéis un problema, afrontarlo, si os despiden, una puerta se cierra y 10 se abren, pero se os quedáis ñoñas, ñoñas os moriréis, ignorantes, como ese pobre pato. Y muchas y muchos son así, dan vergüenza por las críticas, por lo que dicen en las redes sociales, por lo que le señalan, por que a veces se quedan palabras de dos padres, o de las familias, o de gentes, o en el WhatsApp, también critican mucho.

No, no aceptéis todo lo que no os gusta, rechazarlo, rechazar también todo lo que os pueda hacer daño. Y sacar siempre la fuerza que tenéis dentro, para afrontar la verdad.

Es lo único que os llevará al triunfo, la verdad.

Y se os irá al miedo y podréis triunfar, no hagáis como ese pato, que no sabía si volver de nuevo o si se quedaba, o que hacer, pero mira, ñoña se quedó y ñoña se murió.

Mis semillas, no os dejéis ni criticar, ni bullying, ni juzgar, sois Almas de Luz y seres extraordinarios, porque lleváis al Maestro de Tiberíades dentro y siempre tenéis tendencia a olvidarlo.

No os olvidéis,

Con todo mi amor,

La Jardinera